Oria
por Marta Palomo Hermoso
En Oria se mezclan aún los restos de un agitado pasado histórico con un paisaje variado donde abundan grandes zonas verdes y bloques de rocas que acompañarán al viajero en la subida hacia la Sierra de las Estancias. Desde aquí la vista que regala este municipio de toda la comarca almeriense es espectacular.
La majestuosidad de su entorno es tal que desde el Neolítico esta zona se ha convertido en lugar sagrado para las poblaciones que se han asentado en el lugar. Por ello, se pueden observar vestigios de santuarios y mezquitas en sus alrededores. Aunque los restos arqueológicos más destacados se encuentran en la zona denominada El Picacho.
Merece la pena conocer la Iglesia de la Sagrada Familia que data del siglo XVI y que cuenta con un importante archivo histórico en su interior.
En sus calles encontraremos además el que, podría haber sido el primer templo religioso de la comarca, es la Iglesia de San Gregorio Ostiense.
Un recorrido por el municipio al que se puede poner fin en el Caserío de Los Cerricos, una zona donde las fuentes se convierten en protagonistas. El agua que emana de ellas procede de las montañas vecinas y las más destacadas son las Polaca y la Roca de Oria.
Su entorno natural es muy variado, rico en vegetación y con cotos donde se puede practicar la caza menor. O también realizar una subida al antiguo castillo que antaño fue refugio de la población morisca.
De su gastronomía hay que destacar como producto estrella el aceite, las almendras y los cereales.
En relación a su calendario festivo, la fecha para recordar es el Día de San Marcos donde es tradición pasar la jornada en el campo.
Unos 144 kilómetros separan Oria de la capital de Almería, un destino al que llegaremos por la N-344, después por la A-7 dirección Macael y finalmente tomando la A-334.
