Salar
por Marta Palomo Hermoso
Esta pequeña villa serrana guarda en su término municipal auténticas bellezas de gran valor, no sólo cultural, también joyas de la naturaleza, como elnacimiento de agua semitermal del Bañuelo.
También la cuevecilla Monea, con estalactitas y estalagmitas o la Fuente Alta, desde donde poder divisar estupendas vistas panorámicas.
El origen de esta población lo encontramos en el Neolítico Superior, como demuestran los vestigios arqueológicos que han aparecido; así como los restos romanos de las ruinas de Gabino.
De la etapa musulmana hay también restos importantes, pues este pueblo estuvo vinculado a Loja hasta el siglo XIX.
Además de estas huellas de pasado, también se puede visitar en Salar la Torre Mora, de casi 1.000 metros de altitud y que se conserva en muy buen estado.
Junto a ella hay palacio, conocido como El Castillo, allí vivieron hasta principios de siglo los marqueses de Salar, descendientes directos del capitán Hernán Pérez.
La visita cultural finaliza en la Iglesia de Santa Ana, del siglo XVIII, construida sobre las ruinas de una anterior y en la plaza principal del pueblo.
En sus alrededores se puede disfrutar de la naturaleza y también practicar lacaza, pues hay cotos delimitados para ella.
Salar cuenta con canteras de mármol que se ha convertido en el protagonista de su artesanía.
De su gastronomía hay que destacar el aceite de oliva, de gran calidad. Así como los remojones, los hornazos y piezas como perdices y liebres. De postre se puede disfrutar de los dulces borrachuelos.
Sus fiestas patronales se celebran a finales de julio, en septiembre hay una feria de ganado y también se conmemoran las festividades de San Antón, La Calendaria y San Marcos.
Hay 51 kilómetros entre esta localidad y la capital de Granada, para llegar tomaremos la A-92 en dirección Málaga/Sevilla y después desviarse por la carretera de Alhama, la A4155.