La digitopuntura o acupresión se basa en los mismos principios que la acupuntura y es ideal para quienes sienten aprensión por las agujas. Consiste en presionar, en este caso con los dedos, puntos específicos de la piel del cuerpo humano para mejorar o reestablecer el equilibrio circulatorio de la energía vital, cuyo desorden es la causa profunda de las enfermedades. El cuerpo está surcado por líneas de energía, meridianos, que se entrecruzan en puntos estratégicos y si se presiona sobre ellos, se puede reestablecer el normal flujo energético.
Muchos confunden esta técnica de la medicina tradicional china con el shiatsu, terapia de la medicina tradicional japonesa más moderna que la digitopuntura y que actúa más sobre la composición físico-anatómica.
Como la mayoría de las terapias orientales, la digitopuntura pretende, de manera fundamental, prevenir afecciones y enfermedades, ya que contribuye al buen funcionamiento del sistema inmunológico; es decir, incrementa las defensas del organismo. Pero también sirve para aumentar la vitalidad y el bienestar integral de la persona, y puede llegar a mejorar disfunciones orgánicas crónicas como problemas respiratorios, sexuales, urinarios, digestivos, nerviosos… Y todo ello sin efectos secundarios indeseables.