La terapia neural es un método de diagnóstico y tratamiento de ciertas enfermedades. Como tratamiento, consiste en infiltrar anestésicos locales en sitios específicos del cuerpo, con el fin de normalizar y optimizar la regulación biocibernética del sistema nervioso autónomo y del organismo en su totalidad. Facilitar los mecanismos de autocuración del los organismos enfermos y hacer que ellos busquen su propio orden individual.
De origen alemán, se fundamenta en una teoría que asegura que los dolores pueden aliviarse o desaparecer por medio de la inyección de anestésico local sobre las áreas superficiales de referencia del dolor y en el interior de las lesiones, siempre y cuando éstas no sean muy profundas y difíciles de alcanzar.
Como método de diagnóstico, el terapeuta neural tiene muy en cuenta todo lo que el paciente pueda decir sobre el dolor o la enfermedad que padece: qué siente, cómo y dónde le molesta, cuándo empezó, cuáles eran los primeros síntomas, con qué cree que está relacionado…; además de los antecedentes clínicos y la exploración corporal que el terapeuta lleva a cabo.
La terapia neural no es adecuada para tratar ciertas enfermedades como el cáncer, enfermedades nutricionales, mentales, neurosis, neurastenias, enfermedades hereditarias o infecciosas avanzadas, carencias hormonales.