Comarca de la Axarquía - Macharaviaya

Macharaviaya

por Paz Rosado

Fue en el siglo XVIII y hasta principios del XIX, cuando este municipio, que ahora forma parte de la Ruta Turística del Sol y el Aguacate, logró vivir su época de máximo apogeo. Tal fue la importancia que alcanzó, que incluso se le llegó a conocer por el sobrenombre de “pequeño Madrid”. Los artífices de tanto esplendor fueron los Gálvez, una familia burguesa que trasladó a esta villa su residencia y se convirtió en su mecenas. Entonces, Macharaviaya no sólo recibía frecuentes visitas de las personas más influyentes de la Málaga de la época, también logró que en su término municipal se creara la Real Fábrica de Naipes, un Banco Agrícola, la red de abastecimiento de agua potable y la reconstrucción de la Iglesia de San Jacinto, templo edificado desde 1505, años antes de que Macharaviaya fuera fundada como villa sobre lo que era una antigua alquería árabe.

La huella de los Gálvez se hace patente en la misma entrada del pueblo, donde nos encontraremos con un Templete de ladrillos levantado en memoria de esta familia y sus donaciones al municipio. También en la cripta panteón situada en el subsuelo de la Iglesia de San Jacinto, donde se pueden contemplar estatuas de algunos de los miembros de esta familia. De la Fábrica de Naipes, que ostentó el monopolio de la venta de este producto en América, lo que podemos ahora ver es un edificio de uso residencial.

En las últimas décadas, este pequeño y bello pueblo de calles escalonadas en la Axarquía malagueña, ha resultado ser especialmente atractivo para artistas y artesanos, muchos de ellos extranjero, que, tras rehabilitar viejas casas abandonadas para transformarlas en su residencia habitual, se han convertido en macharatungos de adopción. Quizás algunos de ellos llegaron aquí buscando los orígenes del poeta Salvador Rueda. Otro personaje ilustre de la villa que nació en un pequeño caserío llamado Benaque, a dos kilómetros de Macharaviaya. La casa en la que nació y que él mismo definió en uno de sus poemas como “una casa pobre”, es ahora un museo.

Una vez en Benaque, además de la casa-museo de Salvador Rueda, merece la pena visitar la Iglesia del Rosario, levantada sobre una antigua mezquita y con un alminar original que ahora es la torre campanario del templo. En el interior de la iglesia podremos contemplar valiosos frescos del siglo XVII.

Para vivir el carácter más festivo de los macharatungos, tendremos que visitar este pueblo en agosto, cuando tiene lugar la Feria y Procesión del San Bernardo. En la primera semana del mes, se organizan exposiciones de cerámica, pintura y fotografía y reuniones de cante y bailes regionales, con las actuaciones de las típicas pandas de verdiales. Además, el 7 de octubre tiene lugar la Procesión de la Virgen del Rosario y, el 2 de diciembre, un Certamen de Pastorales.

De la gastronomía de Macharaviaya, lo más típico son las sopas de maimones, el gazpachuelo, las uvas en aguardiente y los pestiños, que se consumen durante todo el año.