Comarca Guadalquivir-Doñana - Aznalcázar

Aznalcázar

por Paz Rosado

Uno de los aspectos más valorados de este municipio sevillano es su maravilloso entorno natural. Y es que las tierras de Aznalcázar forman parte tanto del Parque Nacional como del Parque Natural de Doñana, espacios protegidos de los más importantes de Andalucía, así como del Corredor Verde de Guadiamar. No es extraño, por tanto, que este pueblo sea el destino preferente de numerosos viajeros aficionados al turismo rural y a las actividades deportivas al aire libre como el senderismo, la hípica, la bicicleta de montaña o el golf.

Aznalcázar también es muy conocido por los peregrinos de la famosa Romería del Rocío, ya que en su término municipal se encuentra uno de los lugares de paso obligado del Camino del Rocío: el Vado del Quema, enclave en el que los romeros que hacen por primera vez el camino se “bautizan” entre cantos flamencos y rezos.

Además de su fantástico entorno natural, este pueblo ofrece al visitante un rico y bello patrimonio histórico-artístico protagonizado por edificios de carácter religioso y civil. En el primer capítulo destaca la Iglesia de San Pablo, situada en la llamada Plaza de la Iglesia. Muchos la consideran una de las más bellas obras representativas del mudéjar sevillano, fechada en el siglo XIV. Además de su belleza arquitectónica, son también dignas de mención las imágenes barrocas y la colección de orfebrería y libros religiosos que guarda en su interior. Otras construcciones religiosas interesantes son la Capilla de Nuestra Señora de la Encarnación y la de Nuestro Padre Jesús. La importancia de ambas radica en las obras de arte que existen en su interior: retablos neoclásicos y barrocos respectivamente, así las imágenes de sus titulares que están fechadas en el XVIII.

En el apartado de obras civiles se encuentran los restos del Puente Romanosobre el río Guadiamar, los restos del Recinto Amurallado, también de orígenes romanos, donde destaca el llamado Arco de la Pescadería o Arquillo; laFuente Vieja de estilo barroco decorada con azulejos; la Casa Grande, del siglo XVII y sede actual del Ayuntamiento de Aznalcázar; y los restos de la fortaleza que dio nombre al pueblo y que se pueden ver en el llamado Cerro del Alcázar.

Los amantes de la artesanía encontrarán en este municipio trabajos en bronce a la cera quemada que dan como resultado bellas formas escultóricas de diferentes tamaños y trabajos de forja como las tradicionales rejas, los faroles y otros elementos de hierro que sirven para embellecer edificios de todo tipo.

El que quiera degustar la gastronomía típica de Aznalcázar, debe saber que este pueblo forma parte de la llamada Ruta del Arroz que transcurre por tierras sevillanas. Entre sus platos típicos están el gurumelo (setas que se dan en los pinares de su término municipal) con arroz o al ajillo, garbanzos con tagarninas, chícharos con conejo, caldereta de libre y otros manjares elaborados con carnes de caza menor. También hay que probar sus diferentes licores caseros y su vinagre de yema.

En el apartado de fiestas, además del paso del Vado del Quema por los peregrinos de la Romería del Rocío en mayo, el calendario de Aznalcázar también viene marcado por la Feria del Corpus Christi en junio, las Fiestas de Santiago Apóstol en julio, las Fiestas de la Virgen de la Encarnación el último domingo de septiembre, y las Fiestas de Nuestro Padre Jesús el último domingo de octubre.

El municipio de Aznalcázar se encuentra a unos 25 kilómetros de la ciudad deSevilla, desde la que se puede llegar tomando la salida al municipio de Bormujosde la A-49. En Castilleja de la Cuesta enlazaremos con la A-474, que nos lleva directamente a nuestro destino.