Nació en Vélez-Málaga en 1904 y fue una de las pocas mujeres de su tiempo que estudió en la universidad, en la Facultad de Filosofía y Letras de Madrid.
Su primer libro, Horizonte del liberalismo, aparece en 1930 y es fruto de sus vivencias cercanas a los acontecimientos políticos de la época; pero desde varios años antes, concretamente desde 1928, colabora en diferentes periódicos. La Revista de Occidente, Hora de España o Cruz y Raya son algunas de las publicaciones donde María Zambrano plasma su pensamiento.
Fue profesora en diferentes universidades como la de Río de Piedra, en Puerto Rico, y, al lo largo de su vida, entabló amistad con personalidades del mundo de la cultura como Luis Cernuda, Jorge Guillén, Emilio Prados, Miguel Hernández, Octavio Paz, León Felipe, Albert Camus o René Char.
Estudiosos de su vida y obra consideran que María Zambrano, desde el punto de vista filosófico, es hija de la filosofía existencial, fenomenológica y vitalista de su tiempo, además del pensamiento ético y metafísico de Plotino o Spinoza. Aunque su forma de pensar también está marcada por autores pertenecientes al ámbito de la psicología, la mística y la antropología de la religión.
En 1936 contrae matrimonio con Alfonso Rodríguez Aldave, secretario de la embajada española en Santiago de Chile. Tras la guerra civil española, se marcha con su familia primero a París y Cuba y, después a México. Volverá a España en 1984 y vivirá en Madrid hasta su muerte, en 1999. Antes, en 1981, recibe el premio Príncipe de Asturias y en 1988, el Cervantes de Literatura.
Entre sus obras más destacadas, El hombre y lo divino, Los sueños y el tiempo, Persona y democracia, Claros del bosque o De la aurora.
Para obtener más información sobre esta pensadora, se puede visitar la fundación que lleva su nombre y que se encuentra en su ciudad natal.