Baños Arabes
Tan numerosos y habituales en los tiempos en que estábamos bajo la ocupación de los musulmanes, los baños árabes vuelven a recuperar protagonismo en las principales ciudades andaluzas. El objetivo: estimular y limpiar el cuerpo, facilitar la circulación de la sangre, eliminar toxinas, relajarnos, recuperarnos del estrés y la fatiga. Otra forma para mejorar nuestra salud mental y física, parecida a la sauna pero menos impactante.
Iluminados por lucernarios que ofrecen una luz tenue y con una música ambiental arabizante, los baños constan de tres piscinas a diferentes temperaturas: la sala fría (al-bayt al barid) es una poza con agua que está a 16 grados, la sala templada (al-bayt al wastani) tiene el agua a 36 grados y es, para muchos, la preferida, donde los bañistas permanecen durante más tiempo. Por último está la sala caliente (al-bayt al-sajun), que sirve para abrir los poros antes de recibir el masaje y que tiene una temperatura de 40 grados.
Según el establecimiento al que vayamos, podremos contar con otros servicios añadidos a los propios de los baños árabes, como masajes terapéuticos que van más allá de la mera relajación: tratamientos para modelar y reafirmar el cuerpo, tratamientos anti-estrías, drenajes linfáticos, tratamientos de aromaterapia… También los hay que ofrecen servicios de tetería.
Hubo un tiempo en que los grandes mandatarios musulmanes utilizaban los baños árabes para facilitar la firma de algún acuerdo que, en principio, resultaban difíciles. Cuando las vías diplomáticas estaban a punto de agotarse, se invitaba al dirigente del que se quería obtener la firma a disfrutar de los baños y sus efectos relajantes.