Arcos de la Frontera cuenta con un rico patrimonio cultural que bien merece una visita pausada para poder disfrutar de cada uno de sus monumentos.
La Basílica de Santa María es uno de los edificios de carácter religioso más destacados. Data del siglo XV aunque en su interior hay reformas de siglos posteriores, aunque el estilo que más predomina actualmente es el gótico.
De otra parte, encontramos la Iglesia de San Pedro, del siglo XVIII y estilo barroco y con un valioso y espectacular retablo mayor en su interior con claras influencias flamencas.
Completan el capítulo de edificios religiosos la Iglesia de San Francisco construida sobre una antigua ermita donde antaño recibía cultos San Antonio de Padua. Más tarde pasó a ser iglesia conventual; así como el Convento de la Caridad, un conjunto arquitectónico edificado en el siglo XVIII; tiene planta octogonal y se comunica con el interior con varios patios de estilo colonial.
Merece la pena pasear por su casco antiguo, donde encontramos la Plaza del Cabildo, donde se escribió buena parte de la historia local de la ciudad, pues en ella se adiestraron soldados y jinetes, se celebraron actos sacramentales y mercados.
El castillo de Arcos
El Castillo Ducal es otra de las grandes edificaciones de Arcos, con cuatro torres de almenas en sus esquinas, data del siglo XIV y se conserva en buen estado.
Pero hay otros rincones por conocer en esta localidad, calles de gran belleza con historia propia como son la calle Cadenas, la calle Juan de Cuenca, donde antiguamente se ubicaba una mansión que perteneció a este blasón.
Y la Plaza del Cananeo, que fue escenario de Autos Sacramentales.
Multitud de rincones con encanto que regalan al visitante un viaje al pasado en cada paseo que realice por esta localidad.