La energía más utilizada en las viviendas y empresas, después de la electricidad, es el gas. Sobre todo el gas butano, aunque cada día le gana terreno el gas natural, más ecológico porque emite menos dióxido de carbono y más cómodo porque al ser de suministro continuo, puede usarse en cualquier momento sin necesidad de disponer de un lugar para su almacenamiento, ni contar con un servicio de reposición.
Desde que en el año 2003 se liberalizó el mercado energético en España, el consumidor puede elegir la compañía suministradora de gas más adecuada a sus necesidades y bolsillo.