Básicamente, son tres los impuestos a tener en cuenta a la hora de comprar una propiedad inmobiliaria: el IVA, el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales y el IBI. El primero se paga cuando se compra un inmueble nuevo a una promotora o constructora y el tipo general es del 7%.
Cuando compramos a un particular, es decir, un inmueble usado o de segunda mano, tendremos que pagar el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales y el tipo es del 6% sobre el valor real de la adquisición, que suele ser el valor declarado en la escritura. El IBI (Impuesto sobre Bienes Inmuebles) es un impuesto anual y de carácter municipal. Su cuantía depende del municipio donde está ubicada la propiedad.
Cada administración local fija tipos diferentes en función de aspectos como el uso que le estamos dando el inmueble, sus dimensiones, si es un inmueble rural o urbano,…
El pago de estos impuestos lo puede hacer el propio interesado directamente o a través de un notario o gestor colegiado.