Cada día son más los que conocen el significado de esta palabreja: domótica. Se trata de un sistema de gestión y control técnico de inmuebles que nos permite lograr eso que otros llaman un edificio inteligente. Con él podremos, desde un mando a distancia, ordenador o teléfono, mandar toda clase de órdenes a nuestro inmueble, así como controlar el estado en el que se encuentra en cada momento: temperatura, luces, sistemas de seguridad… De un modo fácil y cómodo, podremos subir y bajar persianas, apagar o encender luces, programar el funcionamiento de aparatos como el sistema de riego, hilo musical, televisión, sensores de presencia,… Y todo ello, desde la distancia, es decir, no tenemos que estar necesariamente en la habitación, jardín o incluso en el inmueble para llevar a cabo todas esta acciones que se pueden activar con sólo darle a un botón.
Las ventajas que ofrece este sistema se centran básicamente en facilitar la gestión y el control de nuestro inmueble en tres aspectos: una mayor seguridad, un mayor confort y un mayor ahorro de energía, tiempo y dinero. Que le saquemos más o menos rendimiento a este sistema dependerá del número y de la calidad de los servicios que integremos en nuestra propiedad inmobiliaria: servicios de seguridad como simuladores de presencia, alarmas y sensores de presencia o humo zonificados, circuitos cerrados de televisión que nos puedan mostrar lo que está pasando dentro del inmueble aunque no estemos en él, servicios automatizados de riego, toldos y persianas eléctricas, servicios informáticos…