Benitagla
Marta Palomo Hermoso
Si queremos disfrutar de unos días de descanso y dejar atrás el ruido y la contaminación de la ciudad, Benitagla es el destino ideal.
En este municipio el tiempo se detuvo siglos atrás, sus casas aún conservan el aspecto del siglo XVI y, como dato curioso, en sus calles no encontraremos ningún bar.
Los restos que podemos contemplar de sus anteriores pobladores son las torres defensivas ubicadas en la Alquería de Alhabía, son vestigios de la ocupación morisca, mezcladas con el estilo de la cultura cristiana.
Aunque su casco urbano se desarrolla en torno a un gran árbol que ocupa el centro de su principal plaza, merece la pena una visita a la pequeña Iglesia de la localidad; en honor a San Juan.
Si continuamos de paseo por el pueblo comprobaremos que el estilo de sus casas nos devuelve a un tiempo remoto, fachadas blancas encaladas y techos de pizarra.
No existen rutas específicas para la práctica del senderismo puesto que sus alrededores son fáciles de conocer para los amantes de la naturaleza, que en Benitagla es intensa pero amena.
Por ello es recomendable disfrutar aquí del turismo rural; en un lugar que mezcla las huellas del pasado con la naturaleza en estado puro.
Los platos principales de su gastronomía son los cocidos y el caldo hecho a base de tomates y pimientos. También es recomendable el conocido como “talvina”, elaborado con sofrito de tomate y harina.
Y para acompañar estos platos qué mejor que el vino elaborado artesanalmente por sus habitantes.
Las fiestas patronales de Benitagla se celebran en agosto, en honor a su patrona, la Virgen de la Piedad; y en octubre, en honor a la Virgen del Rosario.
Otras fechas que ocupan celebraciones importantes son el Día del Corpus y el de las Hogueras de San Antón, en enero.
Hay unos 65 kilómetros entre esta localidad y Almería; para llegar tomaremos la A-7 dirección Benahadux, después la N-340-A hasta la A-92, y tras pasar los municipios de Tabernas y Tahal encontraremos Benitagla.