Los muros que antiguamente marcaban los limites del barrio judío acabaron extendiéndose para unirse a los muros árabes. Estos últimos rodean los jardines del Alcázar y continúan por la ribera del río. Estas secciones de muro son de las que mejor se conservan en toda la ciudad, aunque pertenecen a un perÃodo posterior. Los muros romanos y árabes se acabaron desmoronando y en el siglo XV, después de la conquista cristiana, varios monarcas ordenaron su reconstrucción.