El Guijo
por Marta Palomo Hermoso
Visitar El Guijo y perderse entre sus calles es sinónimo de una tranquilidad y un sosiego que sólo puede aportar un pueblo como este, que ha sabido aislarse de las edificaciones modernas y que ha conservado el aroma del pasado.
De hecho hay restos arqueológicos que muestran que estuvo poblado desde el primer milenio a.C. Restos romanos aparecidos en la zona conocida como Majadaiglesia forman uno de los vestigios más importantes de toda la comarca de Los Pedroches.
En su casco urbano hay varios monumentos destacados para los que visiten El Guijo, como la Parroquia de Santa Ana, que es el edificio más antiguo de la villa que junto con la Ermita de la Virgen de las Cruces, conforman los lugares más interesantes por conocer.
Además en la Ermita se conserva un baptisterio paleocristiano de gran valor y belleza que pone de manifiesto la importancia que ha tenido desde antaño la religión en este municipio.
Ya a las afueras, podremos disfrutar de un paisaje natural formado por eucaliptos y olmos para dar paseos e incluso realizar las rutas de senderismo que cruzan la comarca.
Los productos derivados del cerdo son protagonistas en su gastronomía, donde podremos degustar como postre, la rosca de piñonate.
En su calendario de festividades hay varias fechas que destacar si queremos conocer las tradiciones más antiguas de El Guijo. Son la Romería de la Virgen de las Cruces, hacia su santuario, situado a las afueras del pueblo. Cada tres años, la virgen se traslada al pueblo para que todos sus habitantes puedan admirar su imagen. También son importantes las festividades de San Pedro y Santa Ana.
Unos 90 kilómetros separan esta localidad de la capital de Córdoba, para llegar tomaremos la N-432 en dirección Badajoz y después llegaremos a la localidad de paso de Pozoblanco. Tras ella, por la CP-103 encontraremos El Guijo.