Hace 3.000 años los fenicios desembarcaron en Málaga y la llamaron MALACA (probablemente derivado de la palabra malac - salar) y construyeron importantes factorías dedicadas a salar pescado.
El fuerte que está sobre Málaga fue en sus orígenes fenicio y el interesante Museo que hoy existe en el Castillo árabe contiene muestras de artesanía fenicia.
Los griegos sucedieron a los fenicios durante el siglo VI a.C.
Málaga pasó después a manos de los romanos, que colonizaron España en el 218 a.C. y se asentaron allí durante más de seis siglos. Agrandaron las fortificaciones y construyeron un teatro en su base que hoy puede ser visitado aunque está en proceso de restauración.
En el 711 d.C. los moros invadieron casi toda la Península Ibérica y la llamaron Al-Andalus. Málaga se convirtió entonces en un importante puerto musulmán famoso por sus exportaciones de vino y pasas. Fue una de las últimas ciudades en caer bajo la armada católica de Isabel y Fernando, en 1487.
La historia de Málaga es visible al pasear por la ciudad. El Teatro Romano o el Castillo Moro transportan al visitante a otras épocas.
También se puede admirar la corte de los Reyes Católicos en la majestuosa Catedral o el Palacio del siglo XVI que alberga el Museo de Bellas Artes.