Entre los objetos de artesanía granadina más originales y tradicionales, se encuentran la cerámica de fajalauza, las mantillas de encaje y las piezas de taracea. Los orígenes de esta cerámica se remontan al siglo XVI y su nombre le viene de los alfares y hornos junto a la Puerta de Fajalauza que hay en el Albaicín. Sus rasgos más característicos son los dibujos y colores que la decoran. Pájaros, flores, ramajes y la típica granada pintados con trazos muy simples y en colores como el verde, el azul y el morado.
Junto a las mantillas de encajes, sobre todo en colores como el blanco y el negro, encontraremos otros productos de artesanía textil muy demandados como las jarapas alpujarreñas. La tradición musulmana de los telares en esta provincia decayó a partir del siglo XVII, pero su influencia ha perdurado hasta nuestros días.
La taracea, arte traído de Oriente por los romanos y que en la época nazarí cobra gran esplendor en Granada, la podemos encontrar en objetos como tableros de ajedrez, joyeros, baúles y muebles de mayor o menor envergadura. Piezas de madera con incrustaciones de marfil, nácar, concha, láminas de metal, barbas de ballena y hueso, que representan diferentes dibujos geométricos.