Palos de Cádiz
La provincia de Cádiz es una de las más prolíferas en cuanto a cantes flamencos se refiere. Algunos los comparte con la provincia sevillana, la de Córdoba y la de Málaga.
Alegrías : estilo emparentado con la antigua jota gaditana que está formado por una sucesión de coplas entre las que es habitual intercalar los llamados juguetillos. Dentro del grupo de las cantiñas, nació como cante bailable que es de difícil ejecución, y tiene una versión muy peculiar en Córdoba.
Arrieras : muy extendido por la zona de Jerez de la Frontera, es un palo campero procedente del folclore andaluz, que no lleva acompañamiento musical y que se cantaba durante el trabajo de trilla, al son de los cascabeles de los mulos.
Bulerías : de carácter festivo y bullicioso, nació de la soleá a finales del siglo XIX. Hay bulerías para bailar, en las que se encuentran numerosos estilos diferentes, y las bulerías al golpe, también llamadas bulerías por soleá o soleares por bulería y que son más para escuchar. Además de en Cádiz, también se dan en Sevilla.
Cabales : cante del grupo de la seguiriya, de la que se diferencia por su entonación. Se dice que fue El Fillo el artífice de este estilo, quien le puso el nombre después de que un señorito le pagara poca cosa por su actuación. El artista parece ser que dijo: “yo he cantao por cabales y esto no es cabal”. Este estilo también es propio de la provincia de Sevilla.
Canasteras : Sus creadores fueron Camarón de la Isla y Paco de Lucía, tomando como punto de partida la estructura de los fandangos.
Caracoles : cante originario de Sanlúcar de Barrameda, que pertenece al grupo de las cantiñas, con letras que suelen ser graciosas y que cuentan una larga historia que casi no deja lugar a la improvisación. Como estilo bailable, es más propio de las mujeres.
Carceleras : cante propio de Jerez de la Frontera, entroncado con el grupo de las tonás y que tiene un gran parecido con el martinete. Sus letras siempre hacen referencia a las prisiones, los condenados, a los trabajos forzados... Como toná, se canta sin guitarra.
Chuflas : son semejantes a las bulerías; la diferencia está en que las letras de las chuflas son cómicas.
Corrido gitano : se trata de un cante sin acompañamiento musical que procede de los romances populares andaluces. Hay quienes los consideran el palo flamenco más antiguo y padre de la toná. Además de en Cádiz, este estilo también es propio de la provincia de Sevilla.
Guajiras : procedente del folclore cubano, sus letras se refieren especialmente a La Habana y a sus habitantes, así como a temas de amor y nostalgia. Su compás es el mismo que el de la bulería, pero con acentuación diferente. Guajiro es la palabra española que se emplea para nombrar a los campesinos blancos de Cuba.
Liviana : estilo que, además de en Cádiz, también se da en la provincia de Sevilla. Se trata de un cante por seguiriya pero de más fácil ejecución; de ahí su nombre. Antiguamente no se acompañaba de guitarra, pero ahora sí.
Malagueña : palo procedente de los antiguos fandangos malagueños, que se convirtió en estilo flamenco en la primera mitad del siglo XIX y que también se da en la provincia de Cádiz, además de en la de Málaga. Muy rico desde el punto de vista melódico, no es bailable y en muchas ocasiones, se remata con un fandango abandolao. Existen modalidades diversas creadas por sus propios intérpretes de forma individual.
Martinete : se considera una modalidad de la toná, que suele ser de estilo triste, lastimoso y monocorde, que no lleva acompañamiento de guitarra. Parece ser que tiene su origen en las fraguas o herrerías y suele ir acompañado por la percusión de un mazo sobre un yunque. Es un estilo también propio de la provincia de Sevilla.
Milonga : procedente del folclore argentino, según apuntan la mayoría de los expertos, entró en Andalucía por el puerto de Cádiz. Suele llevar ritmo de tanguillo y tener letras pegadizas.
Mirabrás : cantiña que probablemente nació en la localidad gaditana de Sanlúcar de Barrameda. Es un estilo bailable, que se acompaña de guitarra y que exige del cantaor grandes facultades para interpretarlo.
Nanas : estilo que se emplea para dormir a los niños y que suele tomar prestada la estructura de la toná o de la bulería por soleá y que, a veces, se acompaña de la guitarra. Es un cante folclórico aflamencado de origen andaluz. También se da en la provincia de Sevilla.
Peteneras : la procedencia de su nombre se le atribuye a una cantaora conocida como La Patenera que nació o en la provincia gaditana de Paterna de Rivera o en la localidad almeriense de Paterna del Río. Se trata de un estilo muy antiguo que se aflamencó a finales del siglo XIX, de entonación pausada, melódica y sentimental. Existen diferentes modalidades y como baile flamenco, es propio de la mujer.
Romeras : se trata de una cantiña bailable que tuvo su origen en la localidad gaditana de Sanlúcar de Barrameda, a mediados del siglo XIX. Se baila de forma parecida a las alegrías, con la que coincide en el compás pero se diferencia en la melodía.
Rosas : cante del grupo de las cantiñas, que tiene un estribillo muy parecido a las alegrías.
Rumbas : es un cante de procedencia hispanoamericana que se populariza en Andalucía en la época de los espectáculos de variedades. En Cataluña y en Madrid también se da este estilo flamenco. Es de aire festero y se encuentra entre el tango y la bulería.
Seguiriyas : cante que ya se ejecutaba en el siglo XVIII, en los orígenes del flamenco, muy propio de la localidad gaditana de Jerez de la Frontera. También se da en la provincia de Sevilla. Dramático, fuerte, sombrío y desolador, que trata los eternos temas de la vida, la muerte y el amor y que es considerado esencia jonda del cante flamenco. Como baile, es de los más jondos, para el que se requiere un gran temperamento.
Soleá : muchos apuntan a que su origen está en el siglo XIX y que nació como cante para acompañar a un baile llamado jaleo, muy apropiado para la mujer. Es un estilo que se da tanto en la provincia de Cádiz como en la cordobesa y sevillana. Es uno de los palos básicos y más ricos del flamenco. Sus letras tratan de la vida tanto desde un punto de vista intrascendente como trágico.
Tangos : aunque podamos pensar que su origen está en el tango argentino, todas las teorías apuntan a que su cuna se encuentra en Cádiz y Sevilla. Este palo también se da en la provincia de Málaga y en la de Granada. Se trata de uno de los estilos básicos del flamenco. Existen diversas modalidades y casi siempre se manifiesta como un cante bailable.
Tanguillos : cante genuinamente gaditano, por eso se conoce como tanguillo de Cádiz, cuyas letras son festeras, jocosas, divertidas y muy propias del Carnaval, por tanto, muy pegadas a la actualidad. Como baile, se manifiesta con movimientos muy acompasados, paseos, punteados y mudanzas.
Tientos : estilo de creación reciente, posiblemente de principios del siglo XX, que en la actualidad interpretan casi todos los cantaores. Pertenece a la familia de los tangos, aunque con un ritmo más lento. Sus letras suelen ser sentenciosas, patéticas y sentimentales. Es un cante bailable.
Tonás : su nacimiento podría fecharse a finales del siglo XVIII tanto en Jerez de la Frontera como en el barrio sevillano de Triana y casi todos los expertos lo señalan como madre del flamenco. Es un cante sin acompañamiento musical.
Trilla : muy extendido por Jerez de la Frontera, es un cante campero que se hacía durante el trabajo de la trilla al son de los cascabeles de los mulos.
Vidalita : parece ser que fue el llamado Niño Escacena quien lo creó al variar matices melódicos de la milonga, en la época de la ópera flamenca. Algunos expertos no le encuentran diferencias con la milonga. Es un cante triste y lento con letras que hacen referencia a temas amorosos.
Zapateados : se trata de una especie de mezcla entre el esquema melódico de las alegrías y el ritmo de los tanguillos. Es un palo que se baila y toca, pero que no se canta.