Fuente Palmera
por Marta Palomo Hermoso
Se conservan en esta localidad dos tradiciones legendarias que se celebran el día de los santos inocentes, el 28 de diciembre. Son las danzas de los locos y la danza del oso.
La primera, es un baile folklórico que, según la leyenda, se realiza para recordar una matanza que llevó a cabo el Rey Herodes entre los recién nacidos e inocentes; de ahí su nombre.
La danza del oso se realiza para evitar las desgracias en las cosechas; se decía que cuantos más azotes se le daba al oso, más suerte se tendría en los cultivos.
Al igual que otros municipios cercanos, esta localidad la fundó Carlos III y en sus orígenes sus primeros habitantes eran nórdicos. Aunque hay que remontarse mucho antes para encontrar restos de yacimientos arqueológicos de poblaciones anteriores. Como los vestigios aparecidos en la finca de El Bramadero.
Mosaico de la Virgen |
En su casco urbano hay varios monumentos destacados que merecen una visita. Un recorrido cultural que empieza en la iglesia de la Purísima Concepción, del siglo XVIII y con valiosas imágenes en su interior.
También son interesantes las casas coloniales y las diez fuentes distribuidas por sus calles. Además en la plaza real se conserva aún la casa parroquial, que tras varias reformas, sigue siendo el lugar donde vive el párroco local.
Su paraje natural es muy atractivo, sobre todo el Paraje de los Arroyones, donde se puede pasear entre encinas milenarias.
De su artesanía destacan los productos del metal y, especialmente los realizados en hierro fundido.
En su gastronomía, el gazpacho blanco de habas y las sopaipas; son algunos de sus platos más típicos.
Hay varias fechas importantes en su calendario, en febrero es el Día de la Candelaria, festejado con hogueras por sus calles. Y en mayo, la romería de San Isidro Labrador, donde se dan cita multitud de personas.
Unos 47 kilómetros separan Fuente Palmera de la capital de Córdoba y para llegar hay que tomar la A-4 dirección El Rinconcillo y después la A-440.