Valsequillo
por Marta Palomo Hermoso
El nombre de este municipio dice mucho sobre la fisonomía que lo compone, puesto que Valsequillo es una villa donde abundan los cultivos de secano, por la deshidratación de sus tierras.
Pero a esta localidad no sólo le afecta la meteorología, la historia y, en concreto, la guerra civil, en vez de dejar huella, arrasó con todo el patrimonio cultural de la villa.
Así que poco queda del pueblo que surgió en torno al siglo XVI, que, como sus vecinos, Los Blázquez y La Granjuela, se independizó de Fuente Obejuna.
Y a pesar de todo lo que ha sufrido su estructura urbana, aún conserva algo que desde siempre lo ha caracterizado; es el color de sus casas, de un blanco encalado. Este es el sello del organismo Regiones Devastadas, encargado de reconstruir los pueblos devastados por los conflictos bélicos.
Una de las zonas más atractivas de Valsequillo es la Plaza de la Constitución donde encontraremos el Ayuntamiento y la iglesia Parroquial de la Inmaculada Concepción.
Este es el monumento más destacado de la villa, su origen es moderno, de los años 50, aunque la portada es de estilo neobarroca.
Valsequillo es un municipio tranquilo, donde se respira aire puro y fresco; perfecto para pasar unos días alejados de la ciudad y dar paseos por sus alrededores con dehesas cerradas de encinas.
De su gastronomía destacan el salmorejo y los flamenquines.
El segundo domingo de mayo se celebra una romería en honor a la Virgen de Fátima aunque hay otras fechas importantes en su calendario como son la feriadel Cristo de la Expiración y la Semana Cultural.
Unos 96 kilómetros separan esta localidad de la capital del Córdoba a la que llegaremos por la N-432 dirección Badajoz y al pasar por el municipio de La Granjuela, por la A-3279 llegaremos hasta Valsequillo.
