La Gastronomía Andalucía

Al hablar de la gastronomía andaluza no la podemos desvincular de su historia. Ha sido
influenciada por la cultura fenica, romana, árabe y judía, lo que ha dado lugar a una cocina
variada y única, con un sabor intenso.

 De la ocupación árabe, que estuvieron un siglo, nos ha quedado el arroz, las almendras y
especias tales como el comino, la canela y el cilantro. Y no podemos olvidar la técnica
culinaria del escabeche, que se utiliza para la conservación de los alimentos. De la cultura
judía se ha heredado las berenjenas, los garbanzos y especias como el comino y el sésamo.

 No podemos olvidar la gran influencia de la cultura gitana, dando grandes platos como las
gachas, flamenquines y el gazpacho.

 Debido a su localización, en el sur de la Península Ibérica, y a su gran extensión geográfica,
que va desde la costa hasta las cordilleras, nos podemos encontrar una gran variedad de
productos locales, frescos y con gran calidad. Al estar bañadas sus costas tanto por el Mar
Mediterráneo como por el Océano Atlántico, nos encontramos sin fin de pescados y
mariscos. No podemos olvidar sus cortijos, donde se cultiva una gran diversidad de
verduras, frutas y cereales, así como una excelente y gran variedad de aceitunas, de las
cuales sale el aceite de oliva.

 Debemos tener en cuenta que Andalucía es una Comunidad Autónoma formada por ocho
provincias: Huelva, Sevilla, Córdoba, Jaén, Almería, Granada, Málaga y Cádiz. Cada una tiene
sus especialidades culinarias, influenciadas por la zona geográfica que se encuentran.

 Si empezamos por Almería que es la huerta de Andalucía. Sus grandes extensiones de
terreno fértil, así como su clima, dan lugar a unos frutas y verduras de gran calidad que
nutre al resto de la región. Es muy típico irse de tapas a base de gambas al ajillo, ensaladilla
rusa y por supuesto el gazpacho, que es una sopa fría de tomate, cebolla, pepino, ajo,
pimiento y aceite de oliva.

 Si pasas por Cádiz, al estar bañada por el Océano Atlántico, no puedes dejar de comer
marisco y el pescadito frito, que en el Puerto de Santa María lo venden en cartuchos.

 En Huelva a parte del pescadito frito y el marisco, lo más importante es el jamón de
Jabugo. Se trata de un jamón con Denominación de Origen, de la mejor calidad que existe
en España. Sólo se utilizan cerdos ibéricos que están alimentados con bellotas y en libertad.
De ahí su sabor tan característico.

 Con respecto a Jaén y al estar en el interior, lo más característico son sus migas, que
están hechas con panduro, ajo, panceta o chorizo y aceite de oliva virgen. Se trata de un
plato contundente debido a que siempre ha sido una zona de pastoreo en Andalucía.

 Lo más característico de Córdoba es la calidad de sus aceitunas, que se cultivan en
cortijos. Ello nos da, una gran variedad de aceites de oliva virgen con Denominación de
Origen, reconocidos en el mundo entero. No podemos olvidar el salmorejo, que está hecho
de tomate, ajo, pan duro y aceite de oliva, el rabo de toro que se trata de hacer una fritura
con cebolla, pimiento rojo, ajo y aceite y guisar el rabo de toro dentro, así como sus
flamenquines, que es un filete de cerdo relleno de jamón serrano y queso, empanado y frito
en aceite de oliva.

 En Málaga lo más típico para comer son los espetos y el ajoblanco, aparte del pescadito
frito que lo podemos degustar en sus chiringuitos a pie de playa. Los espetos son sardinas
que se asan a pie de playa en barcas. Y el ajo blanco está hecho de agua fría, ajo, aceite y
almendras.

 Y por último Sevilla que, al ser la capital de la Provincia, se nutre del resto, lo que irse de
tapas y cañas en Sevilla es otro nivel. Se le llama tapeo o picoteo. Normalmente se pide una
caña, que es una cerveza, o un vino, y te ponen una tapa, algo de comer. Con tres que pidas
ya has comido.

 A parte de los platos típicos, no podemos dejar de nombrar, la forma de elaboración de
estos. La forma de freír el pescado es única en el mundo: utilizan harina de trigo, se fríe en
180 grados centígrados y se deja escurrir el aceite muy bien. Con respecto a los famosos
espetos malagueños, se asan en barcas en barcas en la playa, con leña, enfrente de los
chiringuitos.

 No podemos olvidar sus dulces y pasteles como sus pestiños, que se trata de una masa de
harina, aceite y miel, que se fríe en aceite de oliva y se embadurnada en azúcar. Por otro
lado, tenemos las tortas de aceite, muy típicas de Sevilla, que llevan un hojaldre con anís,
aceite y azúcar. Los piononos, el alfajor, el tocino de cielo, y un sin fin de pasteles y dulces
que hacen las delicias de sus habitantes y visitantes.

 Una mención especial tiene sus bebidas y no sólo sus vinos. Entre sus caldos existen seis
Denominaciones de Origen (DO): Manzanilla de San Lucar, Jerez-Xérés-Sherry, vino dulce de
Málaga, ron de Motril, anís de Rute, etc. Gran protagonismo tiene la cerveza, sobre todo,
una caña bien tirada, la sangría, que es una mezcla de vino con zumos y fruta cortada con
mucho hielo, y el rebujito, que se toma en las ferias o verbenas, se trata de vino fino o
manzanilla mezclado con refrescos de gaseosa.

 A parte de la amplia gama gastronómica, lo importante realmente, es que se trata de un
acto social o familiar. Cuando vas a comer en Andalucía o en España en general, tienes que
estar preparado para estar horas y horas comiendo y bebiendo, ya que una de las cosas más
importantes es la sobremesa. La sobremesa es la tertulia que se genera después de comer y
que normalmente empata con la merienda y cena.

 Como podemos ver la gastronomía en Andalucía no sólo es su materia prima, ni sus
elaboraciones, lo realmente importante es como la disfrutan.

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