Renacentista

Palacio de Carlos V
Palacio de Carlos V ©Michelle Chaplow
Renacentista

El estilo renacentista surge en Italia en el siglo XV como una vuelta al clasicismo romano y al hombre como el centro de las cosas; y se extiende a España a finales del siglo XVI, dando lugar a dos estilos propios: el plateresco y el herreriano.

La arquitectura plateresca se desarrolla en la primera mitad del siglo XVI y combina estructuras arquitectónicas del gótico final flamígero o isabelino con elementos decorativos venidos de Italia, que además incorpora elementos mudéjares. El nombre de este estilo artístico proviene del abundante empleo de filigranas de piedra, como una imitación de los trabajos de los orfebres. La estructura de los edificios es la típica del estilo gótico, pero sus fachadas son decoradas con todo tipo de filigranas, medallones, festones, guirnaldas, columnas balaustradas,…

El estilo herreriano surge a partir de Felipe II, sobre todo con la corriente de austeridad católica que impregna la sociedad española de la Contrarreforma. Se trata de un estilo más sobrio que renuncia al recargamiento anterior. Las obras, en apariencia, son más sencillas, pero de grandes dimensiones.

Un ejemplo de arquitectura herreriana es el edificio de la Lonja de Sevilla. Pero si queremos disfrutar de la arquitectura renacentista en Andalucía, lo mejor que podemos hacer es visitar Baeza y Úbeda, en la provincia de Jaén. En la primera ciudad, su catedral, el Palacio de Jabalquinto y el Ayuntamiento. En Úbeda, la Capilla de Salvador, la Iglesia de San Pablo y el Hospital de Santiago.