Historia y Literatura - Ian Gibson

Ian Gibson
Ian Gibson

Ian Gibson

El escritor hispano-irlandés, Ian Gibson, presentó en Marbella (Málaga) su último libro: ‘Vientos del Sur’. Se trata de una novela autobiográfica en la que mezcla la ficción con sus vivencias. Gibson es conocido por su trabajo como historiador e investigador, sobre todo de temas relacionados con la literatura y las generaciones del 98 y del 27.

Pregunta. Mi pregunta no va precisamente sobre el libro sino sobre la actualidad política española, porque desde hace un tiempo hay cierta polémica con el asunto de la ley de recuperación de la memoria histórica y de las consecuencias de la Guerra Civil. ¿Qué opinión le merece la política y qué opinión tiene sobre la polémica que hay sobre este asunto?

Ian Gibson. Bueno, yo creo que hay que conocer la historia, sobre todo en el caso de España. La Guerra Civil fue ayer, fue hace muy poco y los cuarenta años de amnesia han sido nefastos. Yo creo que hay una gran injusticia, que la gente tiene derecho a buscar al abuelo. A mí me hablan muchos jóvenes del abuelo, qué pasó con el abuelo en la guerra, y yo, desde luego, si tuviera un abuelo tirado en la cuneta como un perro, lo tengo muy claro, lo buscaría, sobre todo habiendo hoy tecnología para poder hacerlo con relativa facilidad.
De modo que yo creo que un país que no afronta su propia historia, sobre todo en el caso de un país que ha tenido una Guerra Civil terrible, está cometiendo y estarían cometiendo un grave error. Y cuando veo que el señor Fraga nos tira a los que trabajamos sobre la Guerra, la República, que en realidad son dos guerras civiles, me parece infame. 
Ellos tuvieron 40 años para desenterrar a los suyos y lo hicieron, y han construido el Valle de los Caídos y la gran Cruz de Paracuellos. Yo noté el otro día, llegando a Madrid en avión, que han repintado la Cruz de Paracuellos del cementerio, reluce como nunca, blanca, para que se vea bien desde los aviones.
Y por otro lado está la gente como nosotros, los rojos, los malos, que supuestamente estamos removiendo odios, que es mentira. Yo creo que la gente quiere justicia, normalidad y tranquilidad, y no habrá tranquilidad hasta que no se recuperen los restos de los fusilados criminalmente y son cincuenta mil o treinta mil todavía en las cunetas. Empezando por el más famoso o el más víctima, puede ser femenina o masculina, que es García Lorca que todavía está allí en Alfacar. Yo no entiendo por qué no lo buscan y cierne sobre el barranco de Víznar  un silencio luminoso y siniestro que no me gusta nada y nadie habla ya del tema, de los restos de Lorca. Desde luego yo creo que el Estado debería buscar los restos del poeta más traducido, más amado, uno de los líderes mundialmente de todos los tiempos. Lorca fue el mejor embajador de este país de todos los tiempos y lo sigue siendo.
No es normal que él esté allí todavía en una cuneta abandonado, cuando en Granada hay delante de la Diputación Provincial un monumento a José Antonio Primo de Rivera, una inscripción que dice ‘Granada a José Antonio’ y eso que los socialistas estuvieron mucho tiempo en el poder en Granada y no tuvieron la valentía para no utilizar un tajo, para quitar el monumento al fundador de la falange española. Eso no me parece normal, me parece cobardía y yo creo que no es correcto que haya un monumento a Primo de Rivera cuando Lorca todavía está en Alfacar y no lo buscan.
En fin, yo hablo por la tranquila recuperación de la memoria, nadie va a abrir causas criminales contra nadie, no es una cuestión de odio, es una cuestión de justicia, pero hay mucho más, yo diría mucho más, pero por el momento sólo digo eso.

P. Federico, Dalí, faltaba Buñuel, ¿ya estás con Buñuel?.

I.G. Yo estoy ahora con Luis Buñuel y, la verdad es que estoy disfrutando como nunca, aunque también disfruté muchísimo con Lorca, y con Dalí, creía que iba a hacer una biografía de Valle Inclán y luego vi  que era demasiado difícil, por problemas con la familia, a menudo hay problemas con los herederos, también hay un problema con la correspondencia y decidí no hacerlo. Era obvio que no podría hacer una biografía de Valle Inclán y que tenía casi la obligación moral de terminar mi trilogía de Lorca, Dalí y Buñuel, y eso es lo que he hecho.
Me dijeron que no, porque no había suficiente dinero para financiar un proyecto sobre Buñuel, que Buñuel no era tan famoso como Dalí para hacer posible una versión masiva, porque escribir una biografía cuesta muchísima ‘pasta’ y alguien tenía que pagar el ‘pato’.
Si no hay financiación no se puede hacer un libro, me dijeron que la mayoría de la gente no lo conoce y supongo que es verdad, pero sí que hay minorías, por lo que voy a hacer el libro y yo estoy disfrutando con como nunca.
Amo la investigación literaria que es lo que yo hago y lo único que sé hacer es investigar siempre con la idea de escribir el libro al final del túnel, porque si no hay libro no hay una investigación. Yo supongo que esto es una actividad muy egoísta, pero disfruto buscando datos cuando sé que voy a incluir estos datos en un párrafo bien hecho, que yo quisiera y quiero, que sea un párrafo bien escrito y ameno, es decir, que yo investigo en función de un libro final que leerá mucha gente. Yo no entiendo a esos escritores que dicen que no escriben pensando en el público. Hay algo didáctico en todo lo que hago, yo quiero que mis libros lleguen al público, quiero divulgar, yo voy aprendiendo, es lo que yo hago siempre en función de un libro. No podría investigar en un vacío, no es el amor al dato por el dato, es ser escritor y querer hacer un libro.

P. En España hay muchos historiadores que no tienen un duro nunca, ni nadie les financia nada, usted en este sentido es un privilegiado, ¿no?

I.G. Bueno pero he tardado mucho en poder llegar a ser un escritor a quien le dan un anticipo, tampoco me van a convertir en un millonario con los anticipos. Yo digo en mis conferencias todo lo que hago, tengo 68 años y me ha costado mucho llegar hasta aquí, pero la verdad que no hay mucho apoyo, que es difícil para los que empiezan. Fue muy difícil para mí, hay que tener una vocación de verdad para seguir en la brecha porque sino, es difícil seguir. Nadie ayuda mucho y hay muchos escritores jóvenes que quieren publicar y que no pueden, de modo que yo reconozco que hay un gran problema ya que habría que ir buscando la manera de ayudar a los jóvenes creadores. 
Yo tuve que vender una casa en Londres para trasladarme a Europa. Si los precios suben y vendes una casa, tienes unos euros en la cuenta que te permiten vivir un par de años, pero sin el apoyo de mi mujer, el apoyo de mis hijos, no habría podido arriesgarme como yo me he arriesgado. Me he arropado de gente que me apoyaba, es muy difícil hacer lo que he hecho y supongo que alguien así está un poco loco.

P. Esta es la primera novela, ¿habrá una segunda?

I.G. Bueno, yo quisiera escribir una novela histórica, yo creo que es muy difícil para la gente leer un tomazo sobre, por ejemplo, el siglo XIX. A mí me gustaría ver si soy capaz de escribir algo sobre la historia del siglo XIX, algún episodio. Me fascina, por ejemplo, la Primera República, nadie habla de la Primera República, pero la Segunda viene de la Primera. ¿Qué pasó con la Primera?¿Cómo fue la Restauración? ¿Por qué sólo duró diez meses? ¿Qué pasó con la Revolución Gloriosa del 68? A mí me fascina y me gustaría contar algo de la Primera República a través de una novela. Yo no sé si soy capaz de hacerlo al mismo tiempo que una biografía de Luis Buñuel, pero siempre hago los libros al mismo tiempo, de modo que ya veremos si soy capaz.

P. ¿Quizá en algún momento se podría escribir ese segundo tomo que sean las memorias de Ian Gibson?

I.G. El problema no son las memorias, es que claro, involucran a mucha gente, yo no podría. Escribir esto en inglés como mi auténtica historia habría sido muy doloroso para mí, y muy doloroso para mi familia hay cosas muy íntimas, la infancia, yo no sé si sería capaz de decir la verdad de mi vida, de escribir mis auténticas memorias.
Claro que las memorias siempre mienten, podría hacer unas memorias mentirosas como las de Alberti, la mitad que dicen, es una mitad tergiversada, porque la gente cuando escribe unas memorias, quiere proyectar una imagen y no siempre se corresponde con la realidad. El propio Gerard Brenan, cuando escribe sus memorias, miente muchas veces, a mí me chocó cuando me di cuenta de que Brenan mentía,  porque yo tenía en Brenan una gran fe, como investigador y crítico. Resulta que Brenan exagera y lo que cuenta de sus hazañas amorosas y otras, no siempre se corresponde con la realidad.
Por un lado ¿tú vas a contar tus memorias, tus amores, cuando la gente vive todavía?, ¿cómo vas a contar las miserias, las delicias y todo lo demás de la vida íntima? Bueno, el segundo libro de las memorias de John Hill, es posible que lo haga, no lo sé todavía.

P. Yo sé algo de la historia, pero me gustaría que la compartiese con el auditorio. Su novela se llama ‘Vientos de Sur’, pero usted cada vez se va más al norte, ha dejado Granada, añora el viento del sur, vive ahora en Madrid ¿va a quedarse ya aquí?

I.G. Mira yo no reniego de nada, yo sigo viviendo en Dublín. Yo creo que avanzas por la vida y todo lo que tu has sido, está dentro. Yo sigo andando por las calles de Madrid, Granada o Dublín, donde nací, con los ojos cerrados. Conozco cada rincón aunque los rincones han cambiado claro, pero yo recuerdo perfectamente Dublín. El Dublín que yo viví está dentro de mí, está en lo que escribo, está en la mitad de mi voz,  está en todo lo que yo hago. Granada también, pero lo que pasa es que yo empecé mi andadura española en Madrid, y creo que la terminaré allí.
Madrid es el sitio que más amo en el mundo, eso no es despreciar ni renegar de Andalucía, pero Madrid es donde yo empecé. Además donde yo voy siempre a la Biblioteca Nacional. No está en las Alpujarras, la Biblioteca Nacional está en La Castellana, está en Madrid y yo necesito la Biblioteca Nacional. Necesito la Hemeroteca  Municipal y también me encanta Madrid. Madrid es mi ‘andaluz’. Si exagero demasiado lo de Andalucía, a mi juicio, pensad que los andaluces son lo únicos españoles generosos, abiertos, y todo eso es así. Madrid es absolutamente andaluz, y Aragón yo lo encuentro muy andaluz. El único trozo de aquí que no me parece andaluz es Cataluña. Todo el resto es más o menos normal, el único sitio donde están preocupados por quién paga es Cataluña, y en Escocia, de donde no vengo yo. En Irlanda todo el mundo invita y en España todo el mundo invita, vas a Cataluña y hay un problema.
Yo recuerdo una cena en Cataluña, que me invitaron y pagué yo la cuenta aquella noche. Torpemente dejé la nota sobre la mesa y mientras salíamos del restaurante, muy conocido de Barcelona, noté que mi invitado había vuelto a la mesa y cogía la factura que era mía, yo la había pagado, y la metía en su cartera.
Pero la noción de no invitar a la gente es impensable. La España que yo amo, la España que yo amo también está en Madrid, no está sólo en Sevilla o en Marbella, ¿comprendes lo que quiero decir? Yo estaba en Galicia en una noche de tormenta con lluvia torrencial y todo el mundo en la calle estaba tomando copas, en Bilbao lo mismo. La verdad es que tengo que tener mi casa en Madrid en estos momentos. La familia de Buñuel vendió el archivo y está en la Filmoteca Nacional, y la Filmoteca Nacional está a dos minutos de mi cama, en Lavapiés.

P. ¿Qué postura tiene la familia de Lorca con que se busquen sus restos en la fosa donde está?

I.G. Bueno, la verdad es que no quieren que se busquen. Ellos han dicho que está todo dicho y que no hay nada más que decir, que él está allí con los centenarios. 
Se confunde mucho el sitio donde está Lorca, no está en el famoso barranco donde hay miles de fusilados, sino que está cerca de Alfacar. Está con cuatro, cinco o seis, se podrían localizar los restos fácilmente con poca tecnología. En una facultad de Granada tienen los aparatos para poder buscar sin necesidad de remover nada y pueden saber si hay restos y, desde luego, hay restos. Pero la familia ha cerrado filas y dicen que no quieren, por el ‘follón’ mediático que habría. Pero yo creo que los que amamos a Lorca también tenemos derecho de saber si él está o no está. Tampoco hace falta sacar el cadáver, sería dejar allí, supongo que los huesos están mezclados con los otros fusilados. En Granadahay mil rumores acerca del sitio, dicen que incluso la familia trasladó el cadáver a otro sitio. Pero Granada es un hervidero de duros, de versiones, todos saben más que tú y no es bueno ni para Lorca, ni para su familia, ni para los que amamos a Lorca el no saber si está o no está. Yo no entiendo la postura de la familia, ellos creen que es de propiedad de ellos y nada más, y eso me parece incorrecto. Lorca pertenece a todos los que le aman alrededor del mundo, creo que necesitamos saber si está o no está.

P. A mí me interesaría que comentase el hecho de que en España, junto a Lorca,tenemos una consideración extrema con respeto a Antonio Machado. Sin embargo, usted comentaba que su obra sobre Antonio Machado no tiene las mismas posibilidades de ser traducida.

I.G. Antonio Machado, fuera de España es un poeta leído por los estudiosos del idioma, son muchos en todo el mundo, en las escuelas francesas por ejemplo donde enseñan el español, sobre todo en el sur de Francia leen a Machado en español. Pero al margen de los hispanistas todos los que estudian el idioma fuera, ¿quién podría leerla? Hay una minoría de poetas seguramente en Europa a los que les dan a Machado ya traducido o en versión bilingüe, pero es muy poca gente para justificar la traducción de una biografía de Machado como la mía.
El teatro de Machado, o el teatro de Machado y su hermano Manuel, es un teatro absolutamente limitado que no se puede resucitar, tal vez no tiene nada que ver con el mundo actual. El teatro de Lorca sí, y Lorca es conocido sobro todo por su teatro. La prueba está en que hay muchas obras como ‘La Casa de Bernarda Alba’ en la versión inglesa, el papel de Jackson, como Bernardo que fue un éxito en Londres. Cada día ponen una obra de Lorca, en algún rincón del mundo, es un dramaturgo reconocido como un clásico del siglo XX y su mensaje llega a la gente. El mensaje de amor llega a la gente alrededor del mundo, gente que no sabe español, que no ha estado nunca aquí, esta es la diferencia. Yo creo que Machado tendrá su momento, es un gran poeta y yo creo que será cada vez más conocido fuera.
Pero por el momento, el gran poeta fuera es Lorca. Indudablemente porque tiene tanto teatro como poesía. ‘Poeta en Nueva York’ es un libro muy admirado en Londres. Lorca es un genio que puede ir desde la copla popular hasta el surrealismo, que tiene registros que no tenía, ni tiene ningún poeta como él, es un puro milagro.

P. ¿Qué opina sobre la polémica que ha levantado Pío Moa con su libro sobre la prehistoria de España?

I.G. Obviamente hay escritores que siguiendo la situación actual escriben libros para el mercado de la derecha y de la ultra derecha, es un buen mercado y hay mucha confusión. Yo no los considero historiadores serios, hay muchos jóvenes historiadores hoy en España. Eso sí que es un signo muy positivo para el cambio, que están haciendo libros pero nadie los conoce, porque no son sensacionalistas, pero están ahí trabajando muchísimo.Este país está viviendo una especie de Renacimiento, aunque a veces parece que no con las basuras televisivas que nos imponen, pero es un gran momento y hay una nueva generación de escritores, y de investigadores. Yo conozco a alguno, hay gente joven de primera fila trabajando con sus libros y pasiones, pero Pío Moa escribe para un mercado que compra todo lo que él hace aunque no los lea.
 
P. ¿Pero es que saca un libro cada mes?

I.G. Supongo que él tiene una fábrica de gente trabajando, porque no se puede publicar veinte libros cada año. Yo al menos soy incapaz y eso que yo traduzco bastante. Yo supongo que él tiene muchos chicos trabajando para él. Pero el trabajo es muy raro, cuando compruebas una cita suya, no es correcta.

P. No he leído su obra sobre Machado, creo que se llama ‘Ligero de equipaje’, pero me han dicho que está muy cargada de referencias literarias. ¿Se necesitan muchos conocimientos literarios para entenderla?

I.G. Lo que yo he tratado de hacer en mi libro, puesto que es la vida de un poeta, es incluir muchos poemas. Machado es el poeta del tiempo, todos estamos inmersos en el tiempo, cambia el mar y el monte y el ojo que los mira, el ojo que mira también está cambiando. Está sujeto al tiempo, de modo que yo en el libro he tratado de dar la sensación del fluir, del tiempo. Espero haberlo hecho con habilidad, no cargado con demasiadas tintas, haciéndolo ameno, y de vez en cuando poniendo un poema concreto con un pequeño análisis, como ‘A un olmo seco’. Si no hay una biografía, si nadie explica el contexto del poema, el contexto con el que se escribió,  no se capta este elemento. Yo creo por eso que las biografías pueden ayudar a la gente a comprender mejor.
Pero ese libro es exigente en el sentido de que hay que leer los poemas, hay que tomarlo con calma. Yo he tratado de hacerlo para que el libro se lea poco a poco, con fluidez, tratando los poemas, sabiendo los poemas.
Le he puesto el título ‘Ligero de equipaje’, porque eso es una cita…, él siempre decía que le gustaba mucho viajar ligero de equipaje porque si todos vamos por el mismo camino hacia la muerte, ¿para qué llevar mucho equipaje?, si al  final no va a servir para nada.

P. ¿ Cree que ahora en Granada, independientemente de que la familia no quiere que se hable del tema, hay una oposición por algún motivo?

I.G. Yo creo que Granada, es un sitio difícil. Ha sido una ciudad que ha sido muy enterrada, que tuvo una guerra muy mala, también Sevilla, pero Granada era una ciudad muy pequeña, todo el mundo se conocía y la matanza fue atroz. Es un sitio que no ha resuelto su problema todavía. Hay una derecha muy difícil, es una ciudad muy conservadora. Por lo visto me han contado que la otra noche en La Alhambra, se montaron dos espectáculos para el festival de música de Granada, y que aparecieron treinta tíos bailando desnudos de cintura para arriba y empezaron a llamarles maricones, me han dicho que fue horroroso.
Creo que todavía hay algo de la frase que dijo Lorca: ‘en Granada se agita actualmente la peor burguesía de España’. La burguesía que no participa en la vida cultural de la ciudad,  hay como dos Granadas enfrentadas. 
Y luego, la destrucción de la Vega de Granada, es algo realmente horrendo. Empezó hace mucho tiempo con el camino de Ronda, una Vega cantada por los poetas árabes de Granada, Vega donde nació Lorca. Lo han hecho los granadinos con su propia ciudad. Y, realmente, a mí me da mucha pena.
De modo que yo creo que Granada es un sitio muy difícil, desde el siglo de amnesia. La derecha granadina tiene un gran problema, que es La Alhambra. Yo a veces he pensado que, si pudiesen, pondrían una autovía por encima de La Alhambra para tapar la luz. Hay una tendencia de decir que el Palacio de Carlos V es muy superior a la Alambra. A mí me encanta el Palacio de Carlos V, pero allí, precisamente no me gusta tanto el Palacio, por que claro, el contraste con los edificios árabes es tremendo, pero es un símbolo.

P. Yo veo todas las semanas el problema de la Vega, y para mí también es terrible porque yo la he conocido. Cada vez que voy cogen un trozo, y son todas las semanas.

I.G. ¿Y todo tiene que ser ladrillo y ladrillo? Porque la Vega de Granada era la más hermosa de toda Europa, sólo comparable con las Alpujarras. Eso también era maravilloso, dijo Lorca. Están destrozando todo, la codicia del ladrillo, es capaz de destruir absolutamente todo.
En Salobreña, en la última fábrica de azúcar de caña van a poner hoteles, pan para hoy y pobreza para mañana. Quitar algo que lleva allí mil años, el cultivo de la remolacha, del siglo VIII. No se que pasa en Granada que es un sitio raro. Lorca dijo: ‘Granada es la narración de lo que ya pasó en Sevilla’.