Dicen que con él comenzó la historia del rock español. Corría el año 1962, sólo tenía 17 años, su nombre artístico era Mike Ríos, el Rey del Twist, y publicaba su primer disco en el que se incluía el rock Pera Madura, del italiano Pino Donaggio. Ahora, en 2009, tiene 65 y una larga y exitosa carrera musical a sus espaldas. Recientemente ha recibido un homenaje en forma de disco titulado Bienvenidos, donde viejos conocidos y no tan viejos interpretan sus canciones. En estos momentos se encuentra inmerso en la Gira Memorias de la Carretera, ofreciendo conciertos en las ciudades de España y Latinoamérica, con su último disco Solo o en compañía de otros.
AC. Textualmente usted ha dicho de su última gira de conciertos (Gira Memorias de la Carretera) que es “una larga vuelta al ruedo como si fuera la última”. ¿Quiere decir que es su última gira, pero desea que no lo sea?
Miguel Ríos. No, la verdad es que es la última gira, y deseo que sea así (risas). Llevo mucho tocando, y también tengo la posibilidad de despedirme cuando yo quiera. Es una suerte tener un oficio donde he sido el diseñador de mis pasos, un oficio que tiene una cuota alta de libertad. Una de las cosas que deseaba era despedirme en buen estado física, porque no me gusta que la gente cuando ve artistas mayores digan: ¡Jo, qué bueno era…! con cierta conmiseración, o que recurran a la nostalgia. Va más con mi carácter despedirme en buenas condiciones.
AC. No va a hacer como los toreros que dicen que se van y luego vuelven.
Miguel Ríos. No, porque tengo un plan diseñado para matar el gusanillo, que es trabajar para otros. Realizar un acto solidario, donde cante para devolverle a la sociedad todo lo que me ha dado. En ese sentido vamos a crear una fundación u ONG, estamos trabajando en la forma jurídica, que se llamará SOLIDARIROCK. A través de ella encauzaré todo lo que me piden ahora las distintitas organizaciones. De hecho en estos momentos estamos haciendo un disco paras Médicos Sin Fronteras.
AC. ¿Cómo está viviendo esta gira? ¿Cómo está encontrando a su público y cómo se está sintiendo usted?
Miguel Ríos. Yo estoy muy bien, y mi público goza de una salud excelente. Decidí hacer este anuncio de retirada porque es una especie de extraenergía, porque sabiendo que es la última echas el resto, y la gente que me está siguiendo lo está notando. Percibe que hay una preparación más trabajada que las anteriores, que mi forma física es mejor, además del show, la Banda…Todo está muy bien. Entre el público que va a los conciertos se encuentra un grupo de fieles numerosos, que te han seguido desde siempre; ves las caras que se repiten año a año en las primeras filas. Luego está el público renovado que tiene una gran información. El hecho de poder disfrutar de bandas extranjeras, con tanta frecuencia y facilidad, favorece el ponernos a nosotros en valor que, por otro lado, tampoco somos tan diferentes.
AC. Cuando rememora toda su larga y exitosa carrera musical ¿qué siente?
Miguel Ríos. No soy nostálgico, ni miro mucho atrás. La vida se vive a diario y sólo me lo planteo cuando me lo preguntáis los periodistas (risas), porque no tengo ningún tipo de enganche con el pasado ni tengo ninguna valoración de lo que ha significado mi carrera. Creo que es un trabajo como otro cualquiera, y yo he tenido la suerte de realizarlo gustándome mucho. Por desgracia hay otros seres humanos que no han tenido la posibilidad de desarrollar una vida tan larga en algo que les guste. Este es mi mayor bagaje, mi mayor herencia. Lo demás son valoraciones que cada uno hace a su manera. A mí me gusta compararme conmigo mismo, no tengo esa necesidad de una aprobación externa, absolutamente enfermiza, que tenemos algunos artistas. Es por ello que lo veo de lo más natural: una carrera con altibajos que me ha permitido hacer cosas que no podría haber llevado a cabo si no hubiese sido músico.
AC. ¿Cuáles han sido los momentos más duros de su carrera profesional?
Miguel Ríos. Los momentos más duros fueron, a su vez, los más dulces y fáciles, porque suelen ser al principio, por la duda de no saber si tendrás el suficiente éxito para poder vivir de tu oficio, que te asalta con frecuencia, pero al mismo tiempo te sucede en una edad donde todo se relativiza al ser la edad del aprendizaje, en la que posees unas aguantaderas enormes. En las épocas más cercanas, donde se han alternado éxitos y períodos más oscuros, han sido todas fáciles porque han sido resultado de algo que yo he buscado, que no me ha venido impuesto y he tenido la libertad de poderme equivocar. Tampoco me ha dejado secuelas psicológicas o físicas (risas)
AC. ¿Quiénes son las personas que más le han ayudado durante todos estos años a alcanzar su gran prestigio como artista?
Miguel Ríos. La gente que me ha comprado los discos y la que ha asistido a mis conciertos. Esos mecenas anónimos son los que te hacen estar ahí. No se puede hablar de una persona determinada, y si se hace se trata de personas que te ayudan porque están en tu compañía de discos, en definitiva porque tienen intereses en el oficio. Los verdaderos héroes de mi carrera son los que se han mojado por mí a través de mis discos, de mis conciertos, manteniéndome durante todos estos años.
AC. Muchos dicen que con usted nació la historia del rock español. ¿Cree que esa afirmación es cierta?
Miguel Ríos. Creo que es un ataque de cariño hacia mi persona. Si echo la vista atrás, se me ocurren nombres como el de Micki y los Tonis, Los Pekenikes, Los Estudiantes, Bruno Lomas, Ontiveros, Long Star, Mustang… Coetáneos míos que salieron al mismo tiempo que yo, y que hicieron una contribución exactamente igual de valiosa, o no, que la mía. Es posible que yo haya tenido como personalidad diferenciadora el hecho de que he aguantado hasta ahora; ellos no pudieron por razones en las que no tuvieron la culpa. Cuando se habla de mi contribución al rock como la “repera”, lo agradezco, pero hay muchos otros.
AC. ¿Qué ha supuesto para usted el disco homenaje Bienvenidos?
Miguel Ríos. No he intervenido en él, ha sido la compañía de discos la que se ha encargado de todo, y me llevé una sorpresa muy agradable; luego la constatación de que hay mucha gente, compañeros, que me quieren. También he colaborado en homenajes a otros compañeros como Antonio Flores, Urquijo… Por lo general se le hace a gente que ha muerto. Estoy satisfecho porque en este ha habido gente muy joven con los que tengo menos relación o tenía menos antes del disco, y mis compañeros de siempre como el “cuarteto de la gloria”: Sabina, Serrat, Víctor Manuel y Ana Belén con los que siempre he tenido una relación enorme. Estoy muy contento y agradecido. Han hecho una cosa muy, muy bonita.
AC. En una de sus canciones se puede oír “vuelvo a Granada, vuelvo a mi hogar”. ¿Sigue vigente este sentimiento cuando visita su ciudad natal?
Miguel Ríos. Sí, la visito mucho. Ahora vivo entre Madrid y Granada , antes era entre Madrid y Madrid. Los granadinos tenemos que hacer un esfuerzo por estar a la altura de esta ciudad. No podemos ser peores que en el pasado. Debemos mejorar en todos los sentidos. Precisamente en Granada será el último concierto de la gira, donde estarán presentes amigos como la Vargas Blues Band, y quizás dure más de un día, como las celebraciones de las bodas gitanas.
AC. ¿Qué significa para usted Andalucía? ¿Cómo se siente al ser andaluz?
Miguel Ríos. Es un referente, pero no soy muy nacionalista. En Andalucía existe un equilibrio muy sano con el sentimiento de pertenencia a una tierra, a un territorio. Y es que donde se nace es un mero accidente. Lo importante no es de dónde se es, sino ser un buen ser humano, un buen ciudadano que trabaja para la comunidad. El propio himno de Andalucía recoge este aspecto cuando dice “por Andalucía, España y la humanidad”. En Andalucía ha habido a lo largo de su historia un cruce de culturas que nos ha hecho más tolerantes con el otro. Pero en Andalucía, como en Granada, debemos trabajar por mejorar tanto desde el punto de vista intelectual como estético y cultural. Las tradiciones no son sólo para celebrarlas, también hay que mejorarlas. Andalucía somos nosotros, las personas, que debemos trabajar por mejorar, superar los tópicos, y fijarse más en andaluces como Giner de los Ríos o Federico García Lorca como intelectuales, como seres humanos.
Miguel Ríos
AC. Si tuviese que ejercer de cicerone, ¿a qué lugares de Granada llevaría a sus invitados?
Miguel Ríos. En Granada tenemos una joya nazarí que destaca de un modo especial sobre el resto. Y Granada tiene una virtud muy especial, que no defrauda, nunca desilusiona. Cuando le cuentas a alguien, que no la conoce, lo maravillosa que es esta ciudad, sientes cierto reparo porque temes que cuando lleguen y visiten la ciudad, no piensen igual. Pero eso no ocurre, es más, cuando te cuentan su viaje, te dicen que se han llevado una agradable sorpresa, porque ha sido mejor de lo que esperaban. La ciudad ha superado sus expectativas. Para mí, la zona que más me gusta de Granada es la del Albaicín, la Granada de antes de los 60, que no ha sido machacada por el desarrollo urbanístico salvaje.
AC. ¿Qué otra ciudad o pueblo de Andalucía recomendaría al viajero?
Miguel Ríos. Andalucía, en general. Aunque hay lugares como Córdoba, que es alucinante, y la Axarquía, en Málaga, donde me escapo cada vez que puedo.
Como lugar físico, Andalucía es una pasada. Tiene la enorme suerte de aglutinar una gran belleza y un clima estupendo por su benignidad. El aspecto negativo es el desarrollo brutal y la masificación que se ha dado en lugares como Marbella. Yo prefiero los lugares donde se conserva mejor el entorno natural, como Cádiz o la Axarquía, lugares a los que no ha llegado, afortunadamente, la masificación.
Andalucía es privilegiada en todos los sentidos, y esperemos que se cumpla la Ley de Costas, para luchar y pelear contra la destrucción de nuestro patrimonio natural.
AC. Y en el terreno de la gastronomía andaluza, ¿qué plato le “pirra”?
Miguel Ríos. Me gusta la comida casera andaluza típica de los años 50, los potajes como el de lentejas, que yo, que vengo de una familia numerosa, recuerdo aquello de “el que quiere las toma, y el que no, las deja”. Y en Andalucía se hace la fritura como en ninguna otra parte. También me encanta el “pescaíto” de la costa, y los vinos andaluces; ahora en Granada hay vinos realmente buenos. En Andalucía también tenemos el privilegio de disfrutar de la verdadera dieta mediterránea. Además, la cocina andaluza ha evolucionado mucho y se están haciendo cosas nuevas y muy buenas.