El olivo es un árbol de hoja perenne perteneciente a la familia de las Oleáceas y presenta variedades diferentes. El origen de su cultivo no está determinado, aunque se tiene constancia del mismo desde tiempos muy antiguos. La zona característica para el cultivo de olivos es la ribera del Mediterráneo, aunque también podemos encontrar olivos en otros lugares como Estados Unidos, Argentina, Nueva Zelanda o Australia.
Para un óptimo crecimiento, el olivo debe estar entre 600 y 700 metros sobre el nivel del mar, lo que no impide que los podamos encontrar a 1.000 metros de altura e incluso menos.
El olivo se caracteriza por su fortaleza, sus hojas viven una media de tres años y, como árbol, su robustez le permite sobrevivir a temperaturas por debajo de los siete grados bajo cero y soportar, asimismo, largas sequías en verano.
Las aceitunas provienen del olivo y de ellas obtenemos el aceite de oliva. Para ello, es necesario pasar por el ritual de la recolección, que se realiza cada año a finales del verano.
Para llevar a cabo la recolección existen diversas técnicas y se utilizan unas u otras en función de las características de los árboles, de la poda y de la altura de las frondas.
Una de las técnicas es el deshoje. Se realiza a mano y en plantas bajas situadas en llano. Un obrero puede recoger una media de 10 kilos de aceitunas cada hora.
El peinado es la recolección efectuada con un tipo de peines manuales o mecánicos que hacen que las aceitunas caigan en las redes situadas sobre el terreno.
El vareo se realiza por medio de bastones que hacen que las aceitunas caigan. Existen bastones que se accionan de forma mecánica, pero provocan daños a las hojas y a las frondas.
Otro tipo de recogida es la llevada a cabo sobre redes permanentes. Con este método las aceitunas se desprenden por sí solas, quedando sobre las redes que previamente se han colocado sobre el suelo durante todo el periodo de la colección. Es un buen sistema para los olivares con plantas espesas y en pendiente, pero es posible que las aceitunas se desprendan estando ya demasiado maduras.
Mediante la sacudida mecánica se somete al tronco y a las ramas a la acción de un sacudidor que hace que las aceitunas se desprendan, cayendo sobre las redes. Este sistema no está muy difundido hoy en día.