El desarrollo sostenible hace referencia al progreso socio-económico y la gestión de los recursos naturales de modo que satisfagan las necesidades de la sociedad actual sin comprometer a las generaciones futuras.
El término desarrollo sostenible surge en el año 1992, en una cumbre de la Organización de Naciones Unidas (ONU) sobre el cambio climático celebrada en Río de Janeiro. Al darse cuenta de que los recursos se estaban gastando a un ritmo cada vez más elevado y que eran limitados, decidieron cambiar el rumbo de los acontecimientos. Instituciones como la Unión Europea tomaron sus medidas y se creo una directiva para intentar cambiar las cosas, cambiar de mentalidad, pensar globalmente y actuar localmente.
Situación actual
En la cumbre de Río de Janeiro en 1992 nace la Agenda 21 para promover el desarrollo sostenible. En España, las comunidades autónomas son las encargadas de que se aplique este plan y, para ello, la Junta de Andalucía a través de su Consejería de Medio Ambiente creó el programa Ciudad 21, puesto en marcha en el año 2002 con el fin de mejorar el medio ambiente de las ciudades andaluzas y poder alcanzar el desarrollo sostenible.
El programa ciudad 21 engloba aspectos como el urbanismo, los la gestión de los recursos naturales, la organización administrativa y la educación ambiental.
Andalucía es una de las comunidades autónomas de España referente en sostenibilidad, desde el punto de vista de las políticas y, especialmente, en la gestión de los espacios naturales protegidos.
¿Qué se está haciendo?
Lo primero que se hace en cada localidad es realizar un diagnóstico ambiental del municipio, en el que se tienen en cuenta aspectos como los ruidos, los residuos, la energía y el urbanismo. Del diagnóstico se sacan unos indicadores que dejan ver cuáles son los problemas y qué se está haciendo bien.
Es muy importante promover el consumo de energía eléctrica, siempre que venga de fuentes renovables.
Características del municipio ideal
- Gestión integral de los residuos. Recogida selectiva y tratamiento (reciclaje).
- Gestión eficiente de la energía. Uso de gas natural, placas térmicas y otras energías renovables.
- Urbanismo sostenible. Las ciudades deben ser compactas y complejas. Por compactas entendemos que haya un número determinado de habitantes por hectárea y que no haya barrios muy alejados del núcleo principal. Por complejas se entiende que cada barrio tenga equipamientos y servicios.
- Gestión integrada y sostenible de los recursos hídricos. El objetivo es que no falte el agua, para lo que es necesario hacer un buen uso del agua de la lluvia, del mar y de la reciclada, controlar el riego y llegar a un tratamiento terciario de las aguas depuradas.
- Buenas redes de transporte público. Lo ideal es que el transporte público sea ecológico, que funcione con energía eléctrica o con combustibles menos contaminantes (gas natural y biodiésel). Lograr una buena movibilidad y accesibilidad a través del transporte público.
- Creación de zonas verdes.
- Conservación de la biodiversidad, respetando las especies autóctonas.
- Preocupación por la educación ambiental, a través de campañas de sensibilización, de la formación ambiental y de la creación de áreas de medio ambiente en los ayuntamientos.
¿Qué puedo hacer yo?
- Participar. La participación es fundamental si queremos lograr un desarrollo sostenible. Para progresar tenemos que dar nuestra opinión. Es necesario decidir las cosas contando con la población, para lo que los ciudadanos deben participar en los foros de la Agenda 21.
- Utilizar la recogida selectiva de residuos. Separar y reciclar.
- Utilizar el transporte público y la bicicleta siempre que sea posible.
- Uso eficiente del consumo de agua. Con actos como utilizar electrodomésticos de clase A, reguladores del volumen de agua, ducharse en lugar de bañarse, enjabonar primero los platos y luego aclararlos o conservar el agua de las piscinas, ya que el mismo agua puede durar de 3 a 5 años.
- Uso eficiente de la energía. Utilizando bombillas de bajo consumo, apagando las luces cuando no sean necesarias, apagando los electrodomésticos en lugar de dejarlos en stand by (apagándolos desde el mando consumen un 40% de lo que consumen encendidos) o utlizando electrodomésticos de clase A. Estos electrodomésticos son un poco más caros, pero a la larga salen más rentables ya que consumen menos y son más eficientes.
Un modo de contribuir al desarrollo sostenible es comprar una casa de madera, ya que respetan el medio ambiente y piensan en las generaciones futuras.