La Catedral de Sevilla fue erigida sobre el lugar que ocupaba una gran mezquita a finales del siglo XII. Más tarde los arquitectos cristianos aumentaron su tamaño hasta los impresionantes 42 metros de altura. El área total cubre 11.520 m² y según nuevos cálculos se cree que es mayor que la Catedral de San Pablo en Londres y San Pedro en Roma.
La capilla mayor está dominada por un retablo gótico compuesto de 45 escenas talladas de la vida de Cristo. Este retablo fue el trabajo de Pierre Dancar y le llevó toda la vida terminarlo. Se le considera el más grande y rico del mundo y una de las mejores piezas de talla de madera gótica.
Al final del primer pasillo hay una serie de salas diseñadas en el estilo plateresco por Diego de Riaño en 1530, uno de los más avanzados exponentes de la arquitectura decorativa renacentista española. A través de la antecámara se llega a la Sala Capitular con su magnifico techo en forma de cúpula y sus suelos de mármol. Aquí encontramos pinturas de Murillo, entre las que destaca la Inmaculada Concepción.
Junto a esta sala está la grandiosa sacristía mayor. Entre una variada colección de reliquias de plata se encuentran las llaves presentadas a los Reyes Católicos por las comunidades moras y judías al rendirse la ciudad.
De interés para los estudiantes y turistas es la tumba de Cristóbal Colón.
Merece la pena subir a la Giralda aunque solo sea por las increíbles vistas.
Patio de los Naranjos
Situado justo en el exterior de la Catedral el Patio de los Naranjos data de la época musulmana cuando los creyentes lavaban sus manos y pies en la fuente que está bajo los naranjos, antes de sus oraciones diarias.