¡Hola!
Mi nombre es Andrés nací y crecí en Andalucía y acabo de volver a Málaga después de haber pasado nueve largos años fuera: Portugal, Colombia, Escocia, Holanda, Chile… Me fui de Erasmus mientras estudiaba periodismo y decidí no volver. “El mundo es muy grande” siempre fue mi respuesta, pero la tierra acaba llamando, eso es así, Andalucía tira y mucho. En estos años he aprendido mucho sobre las costumbres en estos países y es imposible no comparar con las que yo pensaba que eran mías. Pero he aquí cinco cosas más sorprendentes al regresar a Andalucía.
¿Por qué gritas?
De las primeras cosas que se hace al volver a casa es obviamente ver a los amigos, contar historias entre cervezas y hablar hasta cansarte. Pero lo chocante es ¡el volumen! ¿Por qué grita todo el mundo? Vivir en el norte de Europa te hace más consciente del volumen en el que hablas. Incluso no tan al norte. En Portugal, a los que se les presupondría cierto parecido cultural, observé en la ventana del bus, un cartel de ‘Silencio por favor, esto no es España’. Cuando recibía visitas de amigos en Escocia notaba que la gente nos miraba demasiado, quizás porque los gritos eran innecesarios. Ahora en España me preguntan que porqué hablo tan bajo.
¿Frío? ¡Frío hace en Ámsterdam!
Tópico pero cierto, y es que la cuestión es quejarse. No he pasado tanto frío nunca como lo he hecho en Holanda, donde el frío duele. Pero duele como si un puñado de boxeadores te dieran una paliza entre bufandas, gorros, guantes y abrigos. Al regresar al verano andaluz es esencial protestar por el calor. Es una necesidad básica quejarse por la intensidad del sol aunque eso sí, en cuanto refresca un poco de noche parece que a más de uno se le van a caer las orejas. ¿Frío? –Es que la brisa junto al mar… – No, frío en Holanda.
Perdona, es que he vivido en el norte de Europa demasiado tiempo
Algo tan simple y natural como saludar a alguien se puede convertir en un quebradero de cabeza. -Si lo conoces por primera vez dile hola, de lejos. Si te lo han presentado antes dale la mano. Si es amigo puedes abrazar, pero vamos sin muchas confianzas… Es complicado realmente saber cuál es el protocolo correcto para saludar en países angloparlantes. A día de hoy y tras años de experiencia en el tema sigo confundido como el primer día. El problema no se queda ahí, ya que cuando vuelves a Andalucía y te presentan a alguien, ese momento de confusión te arrebata y acabas estrechandole la mano de ella y besando al novio en la frente, –Perdona, es que he vivido en el norte de Europa demasiado tiempo.
¿Aquí siempre coméis comida española?
Si preguntas a cualquier español que viva fuera qué es lo que más echa de menos, creo que en torno el 95% dirá que la comida. Y es que puede que la tradición gastronómica, el sabor de los productos autóctonos o el orgullo por la cocina local sean los motivos por los que en Andalucía no abunden restaurantes de comida foránea. Esto es algo que no se me había cruzado por la cabeza hasta que unos amigos norteamericanos me preguntaron si en Andalucía siempre se comía comida española. Y es que la comida internacional sigue siendo una excepción y no la regla. O eso parece, mientras en Reino Unido la comida india es muy popular y en Ámsterdam es más fácil encontrar un restaurante indonesio que uno holandés, en Andalucía se mantienen las tradiciones, y es más popular salir a tomar un par de tapas y una ración de jamón que buscar un coreano donde cenar.
Me marcho y no vuelvo
Planeé mi retorno a Málaga durante unos cuantos meses. Realmente comencé a ilusionarme cuando quedaba menos de un mes. Que sensación, volver a ver a mi familia, quedar con mis amigos, ir a mis bares, la comida, ir al estadio a ver mi equipo, todas esas cosas que echas de menos cuando estás fuera. Una sensación única de volver a la que siempre ha sido tu hogar. Con todo eso, no tardé ni una semana en jurar que me marchaba del país y no volvía. Sólo hay una cosa que tenga el poder de hacerme perder los papeles de esa manera, la burocracia. Por fortuna o por desgracia me recordaron que eso no cambia allá donde estés, quizá sea por el hecho de estar en otro país o por no hablar la lengua perfectamente pero te armas de paciencia y aguantas lo que aquí jamás soportarías.
Estas son las cinco cosas más sorprendentes al regresar a Andalucía pero aún no sé si quejarme del calor o del frío. Y vosotros ¿qué preferís? ¿Pensáis que hace más frío en Ámsterdam o en Granada?
Nos dicen que como en España no se come en ningún sitio pero ¿es esto cierto? Alguna recomendación de donde se come mejor que en España que nos ayude a decidir a donde vamos de viaje próximamente.