Aunque la catedral es el exponente más completo de la arquitectura gótica, la arquitectura civil empieza a tomar también importancia. Los elementos más característicos de este nuevo estilo arquitectónico son: la verticalidad, la altura, la esbeltez y la luminosidad. Del interior oscuro de los templos románicos que invita al recogimiento se pasa a la luminosidad y a la altura que pretenden elevar a los fieles al Dios de las alturas. La planta de la catedral gótica es semejante a la de los templos románicos, pero la gran diferencia entre un estilo y otro viene de la sustitución del arco de medio punto por el apuntado y de la bóveda de medio cañón se pasa a la de crucería, lo que permite dar al edificio mayor altura. Las vidrieras que cubren las ventanas de la catedral gótica permitirán la entrada de una luz tamizada que crea una atmósfera muy especial.
La catedral de Sevilla es uno de los ejemplos de arquitectura gótica más importantes de Andalucía. Otros templos de estilo gótico tardío los encontramos en las localidades gaditanas de Jerez de la Frontera y Arcos de la Frontera.