Flamenco - Daniel Casares

El misterioso y apasionado mundo del flamenco.
El misterioso y apasionado mundo del flamenco.

Daniel Casares

por Tony Bryant, especialista en flamenco

Daniel Casares es un portentoso y joven guitarrista flamenco. Nacido en EsteponaMálaga, en 1980, a muy temprana edad descubrió que tenía un talento natural para tocar la guitarra. Su pasión se vio alimentada por la música que escuchaba en casa cuando era niño. Daniel comenzó su viaje por el misterioso y apasionado mundo del flamenco partiendo desde el alma de esta música. Pasó sus años de juventud tratando de aprender y de comprender los rudimentos de la guitarra flamenca, escuchando a maestros como Ramón Montoya y Niño Ricardo.

Sin embargo, sus influencias no beben únicamente de fuentes flamencas. Recibió clases de varios profesores de guitarra en Estepona y Málaga, actuando por primera vez en directo a los 10 años. Su carrera comenzó a tomar forma cuando participó en el proyecto “A la Guitarra de Estepona”, un disco en el que aparecía con un grupo de artistas locales.

Seis años después, con tan sólo diecinueve años, produjo su primer CD como solista, Duende Flamenco. Desde ese momento, Daniel empezó a forjarse una carrera como maestro de la guitarra. Numerosos han sido sus éxitos, entre los que se incluyen galardones como el Primer Premio Nacional en el primer Concurso de Guitarra de Jóvenes Intérpretes en Jaén; el Primer Premio Nacional en el 37º Festival del Cante de las Minas de la Unión en Murcia; y el Premio al Mejor Artista del año 2000 otorgado por el portal Thomsom Music. Su segundo CD, La Madrugá, vio la luz en 2001.

Con el tercero, Corazón de tu Alma, de 2004, Daniel se embarcó en una gira mundial que le llevó a los EEUU, actuando en el Thalia Spanish Theatre de Nueva York. Sus actuaciones en la Gran Manzana le valieron el Premio Revelación Musical del Año en Concierto concedido por la ACE, la Asociación de Cronistas Latinos de Espectáculos de Nueva York. Con su reciente último CD, Caballero, y un contrato de 10 años con el gigante de la música Universal en el bolsillo, Daniel Casares está a punto de embarcarse en una nueva gira promocional de sus nuevas creaciones.

Caballero es una mezcla de tradición y modernidad, lleno de estilos muy diferentes, como la Malagueña, que muestra la parte más ortodoxa del flamenco,frente a la frescura cristalina de la rumba y la guajira, rebosantes de aromas latinos. Escritores y críticos coinciden en señalar a Daniel Casares como el próximo Tomatito o incluso el sucesor del legendario Paco de Lucía, un guitarrista por el que Daniel siente un respeto reverencial. Quizás sea algo prematuro comparar a Daniel con los pioneros de este arte, o quizás no se pueda comparar porque, como sucede con todos los artistas de verdad, Daniel Casares es único. Actualmente su carrera está centrada en conciertos de guitarra organizados en teatros y auditorios, con una banda de acompañamiento propia.

Daniel Casares es único.
Daniel Casares es único.

Su música se inclina más hacia el jazz que hacia el flamenco tradicional, pero su comprensión y respeto por el arte flamenco está siempre presente. Daniel Casares es un artista que muestra ya síntomas incipientes de estar convirtiéndose en un maestro de la guitarra. Cualquier comparación resulta insignificante puesto que en años venideros su nombre quedará grabado en la historia de la guitarra flamenca junto al de otras leyendas.

Hoy en día existe una nueva generación de jóvenes guitarristas que tocan lo que ha venido a denominarse “Nuevo Flamenco”, un estilo que fusiona jazz y música pop con el soul y los ritmos flamencos. Estos nuevos estilos flamencos son menudo menospreciados por los puristas, que desdeñan todo lo que no sea tradicional u ortodoxo. Daniel me comentó que “parece que existe una gran confusión entre los críticos con respecto a lo que se considera o no flamenco”, y estoy de acuerdo con él.

El simple hecho de tener las raíces en un campo no quiere decir que no se puedan explorar otros. Aunque sus orígenes flamencos se encuentran profundamente enraizados en su corazón, Daniel Casares se merece nuestro respeto primero y ante todo como artista. Cuando oigamos su música debemos oírlo a él como guitarrista y no limitarnos a oír el sonido de sus raíces. Andalucia.com consiguió hacerse un hueco en la apretada agenda de Daniel Casares. Lo que comenzó como una entrevista fue convirtiéndose poco a poco en una conversación relajada y desenfadada sobre un arte por el que ambos sentimos una enorme pasión. La visión de Daniel sobre el flamenco y, en general, sobre la vida en Andalucía es más bien despreocupada, sin dejar de ser respetuosa hacia los demás andaluces y hacia el arte de la guitarra.

A.C. Daniel, tú naciste en Estepona en 1980. ¿Son tus padres malagueños?

D.C. No, mi familia es originaria de La Línea de la Concepción, en Cádiz, pero mi padre se mudó a Málaga en busca de trabajo porque en la Línea no es que abundase precisamente. Por eso nací aquí, en Málaga.

A.C. ¿Procedes de una dinastía de artistas flamencos?

D.C. No. Soy el primer artista flamenco de mi familia.

A.C. ¿Quién te enseñó a tocar la guitarra? ¿Quién fue tu mejor profesor?

Daniel Casares en concierto.
Daniel Casares en concierto.

D.C. He aprendido de mucha gente, no he tenido un único profesor. Recibí clases en la Casa de la Cultura de Estepona. Más tarde estudié con el guitarrista José Fernández, esteponero como yo, y también me enseñó José Antonio “El Chaparro”, que solía acompañar al difunto cantaor “El Chino”. Aprendí mucho de José Antonio. Es alguien increíble.

A.C. He visto tocar a "El Chaparro” en muchas ocasiones. Actualmente es el guitarrista habitual de “Cancanilla de Marbella” y concuerdo contigo en que se trata de un guitarrista excepcional.

D.C. José Antonio es un guitarrista excelente y una mejor persona, alguien por quien siento un profundo respeto.

A.C. ¿Recuerdas la primera vez que te subiste a un escenario?

D.C. Por supuesto que sí. Fue aquí, en Estepona. Toqué en un concierto en la Casa de la Cultura, en la Plaza de las Flores.

A.C. ¿Qué edad tenías en aquel entonces?

D.C. Nueve o diez años, pero lo recuerdo como si fuera ayer. No podía esperar a subirme al escenario. Fue una experiencia maravillosa, una inyección de adrenalina. Algo que nunca olvidaré.

A.C. ¿Quién ha sido tu mayor influencia? ¿De qué guitarrista has recibido la mayor inspiración?

D.C. Paco de Lucía es alguien a quien admiro y respeto profundamente. Es un guitarrista enorme, un gran músico que le ha dado tanto al flamenco. Todos los guitarristas flamencos querríamos, de un modo o de otro, ser como Paco. Es como un espejo porque en la mayoría de guitarristas flamencos de hoy en día hay algo de Paco. Es una persona que ha ejercido una enorme influencia sobre tantos jóvenes guitarristas. Pero también me gustan mucho “Niño Ricardo” y Ramón Montoya. Ellos también han influido en mi estilo y últimamente el guitarrista Cañizares es alguien por quien siento una gran admiración.

A.C. Sé que Paco de Lucía es alguien muy especial para ti. ¿Conseguiste verle tocar en la plaza de toros de Málaga durante la reciente Bienal de Flamenco?

D.C. Sí, y estuvo genial. Fue una noche inolvidable. Es el mejor, el gran maestro. ¿Estuviste allí también?

A.C. Sí, yo también estuve. Era la primera vez que lo veía actuar en directo y es una noche que no olvidaré fácilmente, fue espectacular. ¿Sabes que algunos comentan que vas a ser el próximo Paco de Lucía?

D.C. ¡Hombre! Creo que todos quisiéramos ser Paco, pero él es intocable. Es el mejor y nadie, absolutamente nadie, puede comparársele.

A.C. Daniel, hace algunos años te vi tocar en Bodegas El Pimpi, en Málaga. Fue una noche íntima y muy especial, una noche en la que parecías estar disfrutando muchísimo. ¿Disfrutas lo mismo cuando tocas en un auditorio o en un teatro? ¿Tienes las mismas sensaciones que cuando tocas en un establecimiento pequeño, como por ejemplo El Pimpi?

D.C. Bueno, si te refieres con el mismo sentimiento, es algo distinto porque en un lugar pequeño, como por ejemplo El Pimpi, puedes saborear el verdadero ambiente andaluz: los azulejos, el albero, los grandes barriles de vino… Todo contribuye a crear una atmósfera muy especial. Pero también me gustar tocar en teatros, aunque es una experiencia diferente, más seria. El escenario y lo que le rodea suele estar a oscuras, por lo que puedes concentrarte más y oír la respiración del público. Mientras estás en el escenario no puedes controlar tus sentimientos. En realidad no importa donde te encuentres. Lo que importa es cómo te expresas en ese preciso instante.

A.C. ¿Te pones nervioso antes de un concierto? ¿Sientes el miedo escénico?

"Cuando estoy en el escenario, disfruto de cada minuto".
"Cuando estoy en el escenario, disfruto de cada minuto".

D.C. No, no, para nada, porque esto es a lo que me dedico. Soy músico, guitarrista, flamenco o concertista, y disfruto de cada minuto sobre el escenario. Siento un enorme respeto por lo que hago y por la gente que asiste a mis conciertos, así que no, nunca me pongo nervioso.

A.C. Acompañaste al difunto cantaor Juanito Valderrama en muchas ocasiones. ¿Cómo fue trabajar con un maestro de esa envergadura?

D.C. Juanito Valderrama era como una enciclopedia, un diccionario de flamenco. Aprendí mucho de él, era toda una institución. Me obsequió con muchísimos consejos sobre el flamenco y sobre la vida, y también me marcó un camino a seguir. Juanito era alguien muy inteligente, una persona buena que conocía todos los palos del flamenco. Fue un gran artista, uno de los mejores. Trabajar a su lado supuso un gran privilegio.

A.C. ¿Te gusta oír el cante flamenco?

D.C. Sí, me gusta mucho el cante. El cante es la expresión flamenca más ancestral, la raíz más directa hacia el corazón del flamenco. El guitarrista debe ser capaz de acompañar al cantaor y al bailaor porque hay que entender los tres elementos del flamenco para comprender el arte en su totalidad. El cantaor, que habitualmente sólo está acompañado por la guitarra, también necesita saber cómo cantar perfectamente para el baile. Son muchas las cosas que hay que comprender en el flamenco.

A.C. A mí también me gusta mucho el cante, en especial los cantaores más antiguos, los de estilos más puros.

D.C. ¿Qué opinas de “El Chocolate”? ¿Lo conoces?

A.C. Sí. “El Chocolate” fue uno de los maestros. Tuve la gran suerte de verle actuar en el Festival de Alhaurín de la Torre justo antes fallecer. “El Chocolate” nació en Jerez de la Frontera, ciudad que ha dado luz a alguno de los cantaores de mayor renombre de la historia del flamenco, como por ejemplo los Soto, entre ellos “El Sordera”, y José Mercé.

D.C. Sí, son muchos los grandes artistas nacidos en Jerez de la Frontera. Acompañé a José Mercé una vez en un festival en Huelva. Es un artista increíble.

A.C. Estoy de acuerdo. ¡He visto actuar a José Mercé doce veces! ¿Qué opinas de “Moraito”, su guitarrista?

D.C. “Moraíto” es un fenómeno, un guitarrista excepcional, y también un tipo simpatiquísimo. ¡Está siempre alegre!

A.C. Daniel, ¿cuál ha sido la etapa más memorable o la más impresionante de tu carrera hasta el momento?

D.C. (Tras un largo suspiro) La etapa más memorable de mi carrera… Bueno, si te refieres a alguien en concreto, es difícil pensar sólo en una persona especial porque todos los músicos y guitarristas que he conocido son fantásticos. Si te refieres al acontecimiento que mejor recuerdo, seguramente las 12, 14 o 15 horas diarias ensayando con la guitarra, porque mucha gente no es consciente de lo mucho que sufre el artista. Todo el mundo piensa que es todo muy bonito y en cierta medida lo es. Pero detrás de cada artista se esconce una zona de oscuridad, de sufrimiento, de erotismo. (Se ríe.) Si te refieres a los premios, entonces te diré que todos son especiales y que todos son importantes. Yo diría que son muchos los momentos memorables.

A.C. ¿Qué tienes previsto para el futuro?

D.C. Bueno, el 8 de octubre se publicó mi nuevo CD, Caballero. Voy a empezar una gira por España para promocionar el nuevo disco. También me iré de gira por Malasia en noviembre, así que voy a estar bastante ocupado lo que queda de año.

A.C. ¿Te molestan los críticos?

D.C. No, los críticos son importantes. La mayoría realizan un buen trabajo y lo hacen con respeto. Es importante que comprendan al artista. No pretendo leer lo maravilloso que soy (eso se lo dejo a mi madre). Pero parece que existe una cierta confusión entre los críticos sobre lo que se considera o no flamenco.

A.C. Daniel, tú y yo tenemos una amiga en común, Paca Montoya. Ella también es de La Línea pero ahora vive en Málaga y me ha pedido que te dé recuerdos. Me contó que eras amigo de su difunto marido.

D.C. Claro que conozco a Paca Montoya. Su marido era el guitarrista Manuel Montoya, Dios le bendiga. Me pidieron que tocara en su concierto homenaje el año pasado, pero en aquel momento me encontraba en Nueva York. De hecho, llamé desde Nueva York la noche del concierto homenaje.

A.C. Sí, lo recuerdo porque pusieron la conversación telefónica a través del sistema de megafonía para que todos pudieran oírla. Fue una bonita noche. Asistieron muchos familiares de Manuel y tocaron algunos de sus amigos, entre ellos “Pansequito”, José Parra, “Mariquilla”, "El Carrete” y el guitarrista Luis Monje, hijo de “Camarón de la Isla”.

A.C. Es evidente que respetas el arte de tus compañeros de profesión pero, ¿qué opinas del deporte? ¿Te gusta el fútbol, por ejemplo?

D.C. (Después de una gran risotada) Bueno, ¡me gusta el fútbol! No lo practico mucho, pero me gusta el deporte en general. Los deportistas también son artistas. Además, ¡el fútbol se asemeja bastante a la música!

A.C. Según tú, ¿qué es lo fundamental para que alguien triunfe como guitarrista flamenco? ¿Cuál sería tu consejo para un artista en ciernes?

D.C. Respeto.

A.C. ¿Simplemente respeto?

"El respeto es lo más importante para un artista".
"El respeto es lo más importante
para un artista".

D.C. Sí, es lo primero y lo primordial para todo artista. Yo por ejemplo sentí un gran respeto por Juanito Valderrama cuando trabajé con él porque era sabio y al mismo tiempo respetuoso con todo el mundo. La nueva generación de artistas necesita respetar y aprender de los artistas consagrados, aquellos que atesoran el conocimiento y la sabiduría. Cuando era más joven escuchaba muchos estilos musicales distintos, no sólo flamenco, porque el flamenco no lo es todo. El flamenco es una mezcla de música india y de otros muchos estilos. Y es necesario escuchar muchos otros estilos para entenderlo y para aprender. Solía escuchar a Mark Knopfler y a Miles Davis, entre otros. Pero cuando los escuchaba, lo hacía con gran respeto. Esto es lo más importante que debemos recordar. Juanito Valderrama me dijo una vez que el flamenco es una cuestión de respeto. Es un arte muy sentimental, que proviene del alma. Son muchas las cosas que es necesario entender del flamenco y por eso necesitamos del conocimiento de los artistas que nos han precedido. Juanito Valderrama siempre solía decir: “Si no respetas nada, es que no respetas tu alma.” ”

A.C. Daniel, me consta que eres una persona muy ocupada, por eso me gustaría agradecerte el que hayas sacado tiempo para venir y charlar conmigo hoy. Te deseo el mayor de los éxitos con tu nuevo CD y mucha suerte con la gira. Espero que todo vaya bien.

D.C. Ha sido un placer.