Entrevista - Ignacio Mateos

Fernando Colomo da instrucciones a Ignacio Mateos durante el rodaje de 'La Banda Picasso'.
Fernando Colomo da instrucciones a Ignacio Mateos durante el rodaje de 'La Banda Picasso'.
Ignacio Mateos

Entrevista a Ignacio Mateos

Acaba de volver de unos días de vacaciones en Berlín. Un merecido descanso después de terminar el rodaje de la última película de Fernando Colomo: 'La Banda Picasso'. Ha sido su primer papel protagonista, interpretando, nada más y nada menos, que a Picasso. El joven actor malagueño nos cuenta cómo ha vivido esta experiencia, qué ha supuesto para él meterse en la piel de un personaje tan conocido y universal, pero también malagueño.

AC.: ¿Qué sientes al oírle decir a Fernando Colomo que eres un excelente actor?

Ignacio Mateos: Al principio no me lo creí mucho, por esto de las inseguridades y porque como este es un trabajo en el que opina todo el mundo, no quiero creerme todo lo que me dicen. Pero oírle decir eso a Fernando Colomo es un privilegio, porque ha descubierto a tanta gente y lleva tanto tiempo en esto. Que me diga a mí esto con todo los actores que ha visto, flipo un poco.

AC.: ¿Te da fuerzas para seguir luchando por hacerte en hueco en esta profesión?

Ignacio Mateos: Claro, eso te ayuda a sentirte más seguro, a pensar que no lo hago tan mal y me pueden salir trabajos. No es que sea muy mayor, pero ya con 32 años que te den un personaje como este así, de repente, pues te hace pensar que vale la pena todo lo que se pasa por esto: lo bueno, lo malo y lo regular.

AC.: Cuando te propusieron hacer de Picasso, ¿te asaltó el vértigo por la responsabilidad que supone interpretar a un personaje tan conocido y tan universal?

Ignacio Mateos: En un principio flipas y te preguntas cómo lo hago, qué hago, cómo era... Pero Fernando lo tenía muy, muy claro. Y yo, antes de que me dieran el papel, ya empecé a estudiar a Picasso por si acaso. Y digo, si no me sale, pues hago un espectáculo con Picasso, como dicen que me parezco… Pero fue un poco complicada la preparación, porque de Picasso cuando era joven hay muy poco vídeo y muy pocas referencias. Todos los libros están escritos por el periodista tal, por la novia, por… Cada uno dice una cosa diferente y, entonces, ¿a quién creo? Incluso el mismo Picasso cuando ya era más mayor y hablaba de sí mismo, negaba todo lo que habían dicho. Pero yo le propuse algo a Fernando, le gustó, y… Pero ha sido más responsabilidad interpretar a Picasso como malagueño que como actor. Porque en Málaga hemos mamado a Picasso desde que hemos nacido. Y me provoca más responsabilidad en ese sentido; y porque ha habido muchas coincidencias entre mi vida y la de Picasso: vivo al lado de la Plaza de la Merced, viví en Francia en la casa donde vivió Gertrude Stein, cuando lees toda la bibliografía de Picasso te das cuenta de que él paseo por el pasillo por el que yo pasaba todos los días… Pero, luego, el personaje de Picasso en la película lo hemos enfocado de una forma más humana. De Picasso, de su personalidad se habla mucho desde un punto de vista negativo, y yo desde ahí, desde la negatividad no puedo trabajar nunca. Y la clave en la interpretación era no juzgar para nada y pensar que era como otro personaje cualquiera. Pero, claro eso es para mí, un malaguita más que en un momento de su vida decide marcharse de Málaga, cumplir sus sueños… Creo que no hay que mitificar, porque eso nos pasa a todo, pero para los espectadores será Picasso. Voy a sentir más la responsabilidad cuando los espectadores vean el resultado, que durante el proceso como actor de interpretar a Picasso.

 

En primer plano, Ignacio Mateos como Picasso en la película 'La Banda Picasso'.

En primer plano, Ignacio Mateos como Picasso en la película 'La Banda Picasso'.      

 

AC.: ¿Te ha servido de inspiración todas esas coincidencias entre tu vida y la de Picasso?

Ignacio Mateos: Claro. Y cuando ya supe que yo era el elegido para el papel, me recorrí Málaga, estuve en la Casa Natal estudiando, pregunté a todo el mundo que pudiera tener alguna conexión con Picasso… Mi padre está muy vinculado al mundo taurino, y entonces conocí a un banderillero que trabajaba con Luis Miguel Dominguín, que fue amigo íntimo de Picasso. Y todo eso me ayudó a construir el personaje. Fui construyéndolo con todo eso que yo sabía que podía aportar al personaje, más que con lo que el personaje me podía aportar a mí. Por ejemplo, la mirada de Picasso la he trabajado con fotografías, observando cómo miraba, cómo se colocaba. Y las coincidencias, al haber estado envuelto en ese mundo de forma inconsciente, cuando lo haces consciente, te ayudan.

AC.: ¿Qué es lo que más te ha gustado de esta experiencia del rodaje de La Banda Picasso?

Ignacio Mateos: Trabajar con Fernando Colomo y José Luis Alcaine, que son dos máquinas, y la producción de Beatriz de la Gándara y Pilar Robla. Y lo más impresionante ha sido que el casting ha sido clavado. Yo no sé con respecto a mí, pero yo veía a los demás y decía: "pero tío, si es que ha clavado a todos los personajes". E igual que La Banda Picasso, se ha creado "La Banda del Rodaje". Hemos hecho una piña impresionante. Era un rodaje en Budapest, con equipo húngaro, dos meses fuera de casa. Y el ambiente que se ha creado es el mismo que el de las compañías cuando están de gira. La unión que hemos creado, la convivencia… Yo he flipado. Y luego todo ha ido muy rodado, y con lo bien que nos llevábamos, cuando ha terminado, todos hemos salido llorando. Ha sido muy emotivo. No sabemos lo que va a salir, pero si se refleja una mínima parte de lo que se vivió allí, va a ser la hostia.

AC.: ¿Y cómo has vivido el hecho de ser el protagonista y de ser tu primer papel como protagonista?

Ignacio Mateos: Te puede gustar tanto cómo te tratan, que me da miedo que no me pase otra vez. Yo he flipado. Yo no creía que era el protagonista hasta que llegué allí y la gente preguntaba ¿quién es, quién hace de Picasso? Y la gente se asomaba. Todo parecía girar en torno a mí (y también en torno al otro protagonista, Pierre Bénézit), a mi personaje. Y eso al principio da un poco de vértigo. Pero luego, te acostumbra, y espero no acostumbrarme, porque si tengo que volver a una compañía a cargar y a descargar, pues lo tengo que hacer, y no van a venir con la mantita a taparme por si tengo frío. Pero es fácil acostumbrarse. Cuando dice la gente que se vuelve loca, que se vuelve tonta, es comprensible, porque te tratan tan bien, que no me extraña.

AC.: ¿Crees que a partir de ahora te van a ofrecer más personajes protagonistas?

Ignacio Mateos: No lo sé. Yo sé que la película tiene algunas expectativas, sobre todo de la academia y por Fernando Colomo. Y bueno, ya ahora te ven de otra manera, aunque ahora soy el mismo actor que era antes de hacer este papel. La visión de la gente cambia, pero yo sigo currando como siempre. Pero sí es verdad que ahora, si alguien te propone como prota, se fían más en que pueda yo funcionar. Pero no es lo prioritario para mí. Yo ahora mismo tengo en mente currar, no que me salgan protas, porque si viviera así, no disfrutaría de las pequeñas cosas que me puedan venir. Pero puede que venga algo, ojalá, crucemos los dedos.

 

Ignacio Mateos y Fernando Colomo durante el rodaje de 'La Banda Picasso'.

Ignacio Mateos y Fernando Colomo durante el rodaje de 'La Banda Picasso'.      

 

AC.: ¿Qué nuevos proyectos tienes a la vista?

Ignacio Mateos: Tengo algún proyecto de cine y de teatro, pero hasta que no me salen cien por cien, no lo cuento. Y a finales de marzo principios de abril se estrena 'Blancanieves', de Pablo Berger, con Maribel Verdú de madrastra e Inma Cuesta de madre. Una película muda y en blanco y negro, de formato cuadrado, donde tuve un pequeño papel, el de coach de los enanos. La película es una movida en la España de los años 20. Y lo mejor es que se estrena en teatros con orquesta sinfónica en directo.

AC.: ¿Cuándo y cómo decidiste dedicarte a ser actor? Porque en tu familia no hay ningún actor, ¿no?

Ignacio Mateos: Nadie, en mi familia, nadie. Y ahora es cuando me ven como actor. Después de 16 años, soy actor por fin para mi familia; ya, según ellos, me puedo ganar la vida con esto y no es un hobby.

Yo empecé en Málaga, en una escuela que se llama la 'La Sala', con Canco Rodríguez, Fran Perea … un grupito majo, hace 16 años. Pero nunca he sido de los que desde pequeño he querido ser actor, o de los que ha dicho "yo he nacido para esto". Ha sido más bien algo progresivo, una vocación que me ha venido trabajando, poco a poco, tomando decisiones de o lo hago ahora o no lo hago nunca, como cuando me fui a Francia porque quería trabajar con un director de teatro que me encanta.

AC.: ¿Tienes algún actor que te sirva como inspiración y/o modelo a seguir?

Ignacio Mateos: Tengo actores y actrices. Entre los españoles, mi sueño era trabajar con Fernando Fernán Gómez, que para mí era un referente. Así como en nuestra generación no tienen muchos referentes en general, para mí era Fernando Fernán Gómez, además de Rosa María Sardá, Carmen Maura, Vicky Peña… Y a la hora de trabajar, me fijo en cómo hacen ciertas cosas, por ejemplo Concha Velasco, cómo es capaz de decir tantas cosas sin moverse. Pequeños detalles que yo intento ir pillando para luego intentarlos. Me gusta pillar los puntos de vista que tienen otros actores para enfrentar un personaje.

AC.: ¿Qué es lo que más te gusta de esta profesión?

Ignacio Mateos: Es que no sé hacer otra cosa. Bueno, sí sé, pero no me apetece, no me apetece hacer otra cosa, es lo único que me motiva, a la hora de crear, de investigar, de estudiar… Es lo que me da la vida. Subirme a un escenario, ponerme delante de una cámara o delante de un público en la calle, haciendo teatro infantil, que he hecho mucho en Málaga… Para mí, cada día de función es vida.

AC.: ¿Cuál o cuáles son tus mayores aspiraciones como actor?

Ignacio Mateos: No cansarme, que todo lo que haga me enseñe, aprender. Para mí, como actor, lo más importante es que sea un continuo aprendizaje, porque si ya lo sé todo, me aburre. Es ser una esponja. En la película de Fernando Colomo, he flipado porque todo era nuevo. Y si algo no era totalmente nuevo, lo intentaba ver como un niño. Es lo que me enseña esta profesión, el mirar las cosas como cuando eres niño, que todo es nuevo. Y a la hora de interpretar es eso, es vivir el momento, el presente realmente. Disfrutar de los pequeños detalles.

AC.: ¿Cómo estás viviendo la actual situación de crisis: como espectador o también como actor participando en algún tipo de proyecto que ayude a superar esta situación, a mitigar sus consecuencias?

Ignacio Mateos: Yo soy un poco culo inquieto, un poco polvorilla, y siempre tengo en mente cosas, ideas para hacer yo, dirigir, que me dirijan o proponer… Y el otro día, hablando con gente de la profesión, me decían: "no, es que toda la gente se está yendo fuera de España, porque no nos valoran, no hay…" Y yo no estoy de acuerdo. Yo creo que ahora mismo es el momento en que más se va a crear. Cuanto menos hay, yo creo que es cuando más creatividad hay. Yo me estoy dando cuenta por ejemplo que en teatro, voy mucho al teatro, lo que se está haciendo en Madrid es completamente diferente a lo que se hacía hace diez años. Antes, esperabas a que te llamaran, a que surgiera, a que te dieran con la barita mágica, lo típico del sentimiento de Cenicienta del actor que espera a que le descubran. Y ahora, o te descubres tú o no te descubre nadie. Porque somos tanto, hay tanta gente, la cosa está tan mala, hay tan poco dinero, que o te las ingenias o haces una oposición; no hay otra. Yo creo que es un buen momento. ¡Y los teatros están llenos! Para conseguir entradas aquí en Madrid para el María Guerrero o para el Español, es imposible. O sea, que hay crisis, pero algo está cambiando… Yo también es que siempre tengo mucha esperanza en el ser humano y en todo, y por eso no veo la crisis como algo negativo.

 

Otra imagen del rodaje de la película 'La Banda Picasso'.

Otra imagen del rodaje de la película 'La Banda Picasso'.      

 

AC.: ¿Cuáles son los valores más importantes para Ignacio Mateos?

Ignacio Mateos: El respeto, la honestidad y no hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a ti… el amor. Para mí, no hay un valor general que sea el valor de mi vida. Para mí también es importante el saber dónde acaba mi libertad y donde empieza la del otro, la tolerancia, el saber escuchar a los demás, no imponer lo tuyo, vivir tu vida y hacerlo lo mejor posible. Es lo típico que dices: "no, es que yo no puedo cambiar las cosas". Tú no puedes, pero si tú en tu pequeño barrio haces un poquito, el otro en su barrio hace otro poquito, la onda expansiva hace lo demás. Y no hay que hacer grandes cosas. Y trabajo, trabajo y trabajo.

AC.: ¿A qué te gusta dedicar tu tiempo libre?

Ignacio Mateos: Me gusta mucho reírme… Bueno, también me río mucho trabajando. Me gusta viajar, dibujar, ir al teatro, al cine, escribir… Y lo que decía antes, disfrutar de las pequeñas cosas, de una cervecita con un colega, de una charla, un paseo…

AC.: Además de tu Málaga natal, ¿qué otros lugares de Andalucía están entre tus preferidos?

Ignacio Mateos: Este verano he flipado porque he descubierto la costa de Almería, y me ha encantado. ¡Y mira que he estado en agosto! La Cala de Enmedio o la Cala del Plomo son dos sitios para irse en junio, que no hay nadie, y quedarse a vivir con una tienda de campaña, levantarte por la mañana con el mar enfrente entero para ti y bañarte desnudo. Y también me encanta Córdoba, con el barrio judío, y Granada , con el Mirador de San Nicolás. Y en Málaga , tomarte una cervecita con tus amigos en Los Baños del Carmen, con el ruido de las olas rompiendo.

AC.: ¿Qué significa para Ignacio Mateos ser andaluz?

Ignacio Mateos: Para mí es como algo que no puedes esconder. Yo me acuerdo que cuando estudiaba en París, tenía un profesor, Philippe Gaulier, que siempre sacaba tus raíces. Mira que he cantado saetas en esa escuela, yo que nunca había cantado una saeta en mi vida. Me hinché de flamenco. Y de repente te das cuenta de que eso forma parte de ti. Y cuando llegas a Madrid, aunque intentes esconder el acento, siempre hay algo que haces que los demás descubren como propio de Andalucía y te dicen: "¿tú eres andaluz, no?".