Comarca de Levante Almeriense - Bédar

Antaño este fue un pueblo minero, gracias a los yacimientos de cobre y cinc © iStock
Antaño este fue un pueblo minero, gracias a los yacimientos de cobre y cinc © iStock
Bédar 

La influencia de la época musulmana en esta localidad se aprecia con tan sólo dar un vuelta por sus calles, estrechas, empinadas y cuyos nombres están relacionados con la naturaleza; como Mar, Luna o Clavel.

El yacimiento arqueológico más importante de Bédar es el conocido como “Castillico de los Moros”, ubicado sobre una ladera y que ha sido protagonista de infinidad de leyendas sobre tesoros escondidos en él. Ha sido declarado Bien de Interés de Cultural.

Antaño este fue un pueblo minero, gracias a los yacimientos de cobre y cinc de los que disponía pero que con el paso del tiempo desaparecieron; por eso ahora, donde antes había minas, hay una curiosa urbanización.

Fue ese esplendor minero el que impulsó el crecimiento industrial de la localidad, tanto que en el año 1888 contaba con el primer cable aéreo de toda la provincia y que unía El Pinar con la Garrucha; además era el más largo de Europa.

Y es que Bédar ha sido desde siempre un municipio de gran belleza que muchos han llamado “el Mojácar de interior”.

En su casco urbano encontraremos infinidad de lugares atractivos para el visitante, monumentos destacados como la Iglesia de Santa María de la Cabeza, la Ermita del mismo nombre y la antigua mezquita de Serena.

Merece la pena acercarse también al mirador de la Plaza de San Gregorio, que ofrece una bella panorámica de toda la sierra. En la Plaza de Antonio Bolea se conserva una almazara.

Su ubicación, casi al final de la Sierra de los Filabres, justo en la loma, lo convierte en un destino perfecto para los amantes del turismo rural que busquen disfrutar de unos días de descanso.

En relación a su gastronomía destacan platos como el ajo “colorao”, la fritada de emperador y las moragas. De postre, el bizcocho de dátiles es el más popular.

Celebra sus fiestas patronales en septiembre, en honor a la Virgen de la Cabeza y en mayo, en honor a San Gregorio. También es tradición festejar las hogueras de San Antón.

Unos 80 kilómetros separan este pueblo de la capital almeriense, llegaremos por la N-344, después por la A-7 hasta la ALP-117 que nos llevará hasta nuestro destino.